DESDE LOS BALCONES
Dineros subterraneos y capitalismo
“Pronto habrá en el infierno reelección de plurinominales, con chapulines y cúpulas.” Un agudo observador expropiado de sus tierras ejidales.
El lugar común reiterado una y mil veces, soslaya el análisis de que esos procesos de capitalización provienen del imperialismo de consumo, exportaciones baratas e importaciones caras.
Los países y las economías poco desarrolladas, son objeto, no sujetos de ese saqueo internacional. El país más fuerte insiste en no ser parte del fenómeno o, acaso, de sólo serlo como víctima, cuando las determinantes del sistema le conciernen de manera directa.
El mercado mundial es uno sólo, en todo el orbe, lo mismo para una producción que para la otra, lo mismo para el cambio el intercambio; el juego de la fuerza armadas, policíacas o no; tampoco se plantea el problema en sus debidas proporciones; lo mismo que acontece en la mayoría de sus enfoques para eliminar sus protagonismos más visibles, pero no sus causas, las que parten y se miran de los presupuestos sobre seguridad pública, otra fuente de corrupción que ahonda el problema y lo torna más confuso.
Alrededor de la divisa mundial predominante se mueve todo, o se aparentan intercambios de valor ficticios; la raíz del problema tampoco se refleja cabalmente en la circulación y acumulación de esos dineros subyacentes, por encima y por abajo, de la producción de valor, mayor o menor, de cada una de las economías nacionales e internacionales a nivel Continental y mundial.
Algunas de estas cosas hay que decirlas a tiempo, para que no sean los propios actores de este fenómeno quienes solos propongan y dispongan de las medidas a tomar.
¿Habrá un interés verdadero y posible, en que los distintos países con un grado y nivel distinto de subdesarrollo se desarrollen? El desarrollo implica inversiones casi totalmente distintas a las que hoy se hacen en la mayoría de los países latinoamericanos y, por dentro y por fuera de los distintos sectores del intercambio mundial, los agentes que se hacen de la acumulación originaria de capital, actúan con directrices económicas abstractas, como si el capitalismo fuera la etapa última, absoluta y final de la historia.
Por esa universalidad abstracta que se le atribuye a cualquier capital, es una de las causas, por las que muchos gobernadores del Estados, por ejemplo en México, le pelean al nuevo gobierno surgiente de AMLO, el que los dineros de la federación sigan fluyendo directamente a sus arcas, para que, a su vez, aquéllos los distribuyan a las municipalidades para que, éstas también realicen obras y tareas de desarrollos de ornato, obras de fachada, improductivas, y así resulta el cuento de nunca, el ir y venir de viajes turísticos, camionetas caras y hasta compra de equipos de espionaje y una y mil ocurrencias tan disparatadas, como los mismos gastos de esos enormes volúmenes negros de capital que chupan dividendos a la ganancia interna y hasta a la internacional.
Presiones poderosas individuales y de grupo hay miles de las mismas y sus formas contractuales y especulativas obran en los pasivos de todas las rentas municipales de los servicios públicos: agua, electricidad, alcantarillado, banquetas, parques, renovación de adoquinado en calles y una y mil formas de asegurar una porción ad Perpetuam de las Rentas municipales.
A todo quiere poner fin, el nuevo Presidente Electo de México, ¿pero podrá hacerlo sólo sin apoyo de toda la población del país e incurriendo, a veces en las mismas o parecidas prácticas a las que quiere condicionar y poner límite por fin?
Una medida simple, por ejemplo, limitada como es la de nombrar Coordinadores de los Programas de Desarrollo Federal, ha dado rienda suelta a la suspicacia interesada de casi la mayoría de los gobernadores de los Estados con uno y otro signo partidario, creyendo que con eso las cosas del interés público no cambiarán de método en sus aplicaciones discrecionales al garate y como nutrientes de nuevas ambiciones de poder.
Quienes practican el arte de la pequeña política de corto plazo, conocen de sobra los vericuetos por donde podrán perforar esos propósitos de cambio económico y político; quizá no les razón para pensar así acerca de las debilidades y endeblez de las viejas y nuevas burocracias estatales expertas en todo género de escarceos y engaños a la población y poder surgido de ella.
Ni duda cabe que lo anterior pondrá a prueba la solidez ideológica, la pasión de transformar a México y la destreza administrativa y de consensos, para no verse enredados en la maraña de intereses que recorren todas las vertientes del gasto público, para tomar su parte ad Perpetuam de las rentas municipales presupuestales. Suele decir la sabiduría popular que gallina que le da por comer huevos, aunque le quemen el pico. Así son los apetitos inextinguibles de funcionarios y contratistas y sino, véase lo que aconteció con el desmantelamiento de Pemex, en tanto nos entretenemos con huachicoleros y las miles de gasolineras subastadas desde Vicente Fox a la fecha, más los ductos ordeñados por los gobiernos panistas principalmente. LOS HECHOS HABLAN.