TABLERO
Yeyo, un clásico de la queretanidad
- Cuando Ramírez “mato” a Saturnino
- Mañana habrá un adelanto del 2018
- Candidatos del PRI y PAN en ascuas
- Marcos pide no agredir a tianguistas
Yeyo.
La muerte embellece, dicen. No siempre. Hay algunos granujas que ni yéndose cambian. Pero, por fortuna para la humanidad, todavía tenemos seres venidos a hacer el bien al mundo, como el maestro Aurelio Olvera Montaño, dado por muerto en las redes sociales la noche del miércoles.
El incidente me hizo pensar en otros personajes que pudieron leer lo que se diría de ellos cuando murieran.
Tal es el caso del mítico gobernador Saturnino Osornio (1931-35), el que cerró el Colegio Civil y los templos de Queretaro. De él hay mil leyendas. Muchos lo tienen como un matón. Otros como un gran líder agrario.
Lo cierto es que allá por los años 50 el periódico Amanecer, único diario de la época, anunció la supuesta muerte de Saturnino, refiriéndose a él como sanguinario y el peor gobernante de la historia.
Y estaba vivo.
El director del rotativo, el célebre historiador, periodista y abogado José Guadalupe Ramírez Álvarez, recientemente llevado al Panteón de los Queretanos Ilustres, tuvo que huir durante algún tiempo, temiendo la venganza del hombre de El Sitio que todavía vivió 20 años más.
Otro caso se dio cuando los periódicos de la cadena informaron sobre el deceso del también ex gobernador Antonio Calzada, cuyos restos estaban siendo velados en la funeraria Gayosso de la Ciudad de México.
Se trataba de un homónimo.
El arquitecto Calzada, por fortuna, a sus ochenta y tantos, goza de cabal salud, igual que nuestro querido Yeyo, a pesar de la crónica de una muerte anunciada, como cabeceó ayer PLAZA DE ARMAS la colaboración del cronista Andrés Garrido del Toral sobre la falsa desaparición de su maestro.
Yo no lo sé de cierto, pero ha de ser extraño enterarse de lo que se dirá cuando uno, como diría cierto periodista, doble cobija.
Hoy Aurelio Olvera ha confirmado algo bien sabido. La gente quiere y reconoce mucho al fundador de La Estudiantina de la UAQ, pionero de los Cómicos de la Legua, director desde 1970 de la Banda del Estado (la única banda buena en esta plaza caliente).
Tengo el gusto y privilegio de conocerlo y ser su amigo desde hace casi medio siglo y puedo afirmar, con conocimiento de causa, que Aurelio, más que un personaje, es un clásico de la queretanidad.
Cómo olvidar sus actuaciones en los entremeses cervantinos de los Cómicos o en Malcom contra los Eunucos, con la familia queretana, quiero decir la de Rabell. O sus callejoneadas aquí y en Roma, en donde llevó a los tunos a cantarle al Papa Juan Pablo II, a quien compuso
“Peregrino de la paz”. Por no hablar de tantas generaciones a las que enseñó música o que hemos disfrutado sus conciertos y, sobre todo, su calidez y gran sentido del humor.
A principios de este año, el 27 de enero, con sus 77 bien llevados, lo entrevisté en un recodo del Jardín del Arte, al término de un ensayo de su banda, que es la de todos. Al día siguiente recibiría el homenaje de los queretanos en la Plaza de Toros de Juriquilla el discípulo de Mercedes Castillo, Arnulfo Miramontes, Julián Zúñiga y Eduardo Loarca Castillo.
De pornto, tras agradecer a la familia del Pollo Torres Landa el reconocimiento y al gobernador Francisco Domínguez el haberlo ratificado como director de la Banda del Estado, soltó: “ya no les voy a durar mucho”.
Pensé en esa frase la inquietante noche del miércoles, cuando mi amiga Coco Ontiveros, heraldo de todos los nacimientos, primeras comuniones, bodas, cumpleaños y fallecimientos, divulgó que Yeyo ya estaba en la Casa del Padre, cuando el que se había muerto era otro gran queretano: Aurelio Cárdenas Reséndiz, poeta de oficio carpintero, el que tuvo su taller de ebanista y literatura frente a la panadería de El Sol Divino, en el barrio estudiantil de 16 de septiembre.
Pero, volviendo a Yeyo, el maestro ha actuado para todos los gobernadores, desde Juventino Castro Sánchez, en “esta vocación de servicio en la que hay que hacer a un lado los colores.
En nuestra charla –que por fortuna, ciertamente, no fue la última- habló de la música, su única esposa, con la que casó desde los 40s, pero también del nuevo Querétaro, en el que debemos compartir lo que tenemos con una población amplia y heterogénea.
“Hoy vivimos, dijo, en una familia más numerosa y toda la gente es bien recibida aquí”.
Debemos, sentenció, ser más conscientes del tiempo que nos ha tocado vivir y entender que la época de bonanza va pasando.
Es Aurelio Olvera este músico de tiempo completo que ha tocado en más de 20 países de América y Europa, y que hoy recibirá un homenaje que dedica a su grupo y en especial a su hermano Luis, el sí ya fallecido hace un año, con quien acompañó por mas de 40 las grandes faenas de Manolo Martínez, Paco Camino y otros grandes toreros en la Plaza Santa María.
Y la música toca y toca, nos gritan, y yo contesto: Y tu suegra baile y baile. ¡Jo! Remató, con esa especie de carcajada corta, tan suya.
O como aquella otra tarde cuando Manolo Martínez le mandó cervezas a la banda y el director pidió al cubetero que se las pusieran junto a él, para repartírselas a los músicos en el receso.
¡Yeyooo –le gritó la porra de Sol- borrachote!
Eso contó, feliz, en la víspera del merecido homenaje organizado para él por los Pollos Torres Landa, aunque diga no merecerlo.
Y mejor todavía: los toros de Pepe Garfias que lidiaron ese sábado Diego Silveti, Juan Pablo Sánchez y Sergio Flores en Juriquilla, bautizados por El Pollo como Querido Yeyo, Maestro, Músico, Compositor, Director y ¡Queretanísimo! Todo eso y más es Aurelio, uno de los últimos personajes de Querétaro. Que Dios nos lo conserve por muchos años más, al cabo ya sabe lo que se va a escribir y publicar cuando guarde la batuta.
¡Jo!
-BLANCAS Y NEGRAS-
Señales.
Este domingo 4 se asomará el 2018 en las urnas del Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz. Por la noche sabremos cómo van los partidos rumbo a la elección presidencial, particularmente las tres fuerzas principales: PRI, PAN y Morena.
En el primer caso, lo que ocurra en el reducto de Enrique Peña Nieto será determinante para saber si tiene esperanzas de mantener a su partido en Los Pinos o si deben aplicar el plan de sálvese quien pueda. Una victoria en el Edomex le daría oxígeno, solamente. La derrota sería mortal.Y de ahí a la definición del candidato del PRI, que algunos piden destape Peña Nieto en la asamblea nacional de agosto. Osorio y Videgaray, los suyitos junto con Narro, De la Madrid, Manlio y otros, esperan ansiosos los resultados de mañana.
En el PAN ocurre lo mismo. Un triunfo en Nayarit y/o Coahuila consolidarían al queretano Ricardo Anaya como posible candidato a la Presidencia de la República. Ni Margarita y menos los ex gobernadores podrían aventajarlo en la percepción de vencedor.
De Morena ni hablar. Ahí no hay pierde. El candidato es Andrés Manuel López Obrador, sin ninguna duda. Él dirige y encarna a Morena. Nadie le disputará la candidatura, pase lo que pase con Delfina en el Estado de México. Ahora que si el resultado ahí es positivo, a ver quién lo para.
-LA FRASE DE LA SEMANA-
Reconversión.
No agredan a los comerciantes: Marcos Aguilar Vega, a propósito de los tuitazos en contra de Pablo González y los ex tianguistas de la Alameda.
Ya lo oímos todo.
-JUGADA FINAL-
Renacido.
Al querido maestro Aurelio Olvera Montaño que ya sabe lo que se va a decir de él si algún remoto día fallece, un afectuoso ¡JAQUE
MATE!