ESTRICTAMENTE PERSONAL
Refuerzos para las urnas
1ER. TIEMPO: Suficientes, 60 días de aterrizaje. Dos meses exactos después de asumir, de manera totalmente inesperada, la presidencia del PRI en la Ciudad de México, Eruviel Ávila volvió a cambiar de comisión. El paso efímero del exgobernador del estado de México por el PRI capitalino, que de esta forma aterrizó desde Toluca, retomó su curso con su designación como vicecoordinador de la campaña presidencial de José Antonio Meade, donde trabajará estrechamente con el coordinador Aurelio Nuño, un hombre muy cercano a él con quien también operó la candidatura y elección de Alfredo del Mazo en el territorio mexiquense. Ávila va a tener a su cargo una buena parte de la operación de tierra del PRI en la zona metropolitana de la Ciudad de México, en donde se concentra poco más del 25% del padrón electoral nacional, y con su nombramiento se empezó a ver la presencia ejecutiva de Nuño, en mancuerna con el líder del PRI, Enrique Ochoa, y de la mano del jefe máximo de la campaña presidencial, el presidente Enrique Peña Nieto. No fue el único movimiento estratégico. Para el relevo de Ávila en la Ciudad de México, Peña Nieto, y en este caso el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, palomearon al exgobernador de Hidalgo —a quien poco le gustaba viajar a la capital federal—,Francisco Olvera, como el nuevo responsable electoral en el corazón político del país. El desprecio por lo que pueda hacer el PRI en la Ciudad de México es la primera lectura que se le puede dar al reacomodo de los dos exgobernadores, cuyo papel, cada vez es más claro, no está en dar la batalla en la capital federal para que el candidato, Mikel Arriola, tenga alguna posibilidad, aunque remota, de ser competencia, sino para que entre los dos, concentrados en la parte norte de la zona metropolitana y en el abanico que se extiende de oriente a poniente, puedan arrebatarle votos a Andrés Manuel López Obrador, no tanto como para derrotarlo, sino para que mermen su apoyo en el bastión de Morena. Las estrategias electorales comenzaron a dar las primeras señales de a dónde van. En el caso del PRI está en marcha la estrategia, diseñada hace meses, de que en donde no puedan ganar, garanticen el segundo lugar.
2DO. TIEMPO: Hasta que Obama conquistó a la maestra. Las imágenes de la maestra Elba Esther Gordillollegando a su casa la madrugada del lunes, tras finalmente ganar en tribunales su derecho a defenderse de las acusaciones de delincuencia organizada y lavado de dinero en su casa, tuvieron antídotos contra el morbo. Se va, le dijeron las autoridades a su defensa, pero cuando esté a tiro de las cámaras periodísticas, que se cubra la cara para evitar, fue el argumento, que se proyecte como víctima del gobierno de Enrique Peña Nieto. Así se hizo, pero en los medios de comunicación, ese detalle fue engullido acríticamente ante la especulación desbocada que había sido un trueque, y que la posibilidad de seguir su juicio en su casa, se daba a cambio de apoyos político en las elecciones presidenciales de 2018. Luis Castro, presidente de Nueva Alianza, el partido fundado por la maestra Gordillo, afirmó que la exdirigente magisterial no tenía incidencia alguna ni en el partido, ni en el sindicato de maestros. Por tanto, en coincidencia con el abogado de la maestra, Marco del Toro, su salida de la cárcel no tenía ningún trasfondo político. No podía ser. No se trata de la afirmación de la maestra Gordillo desde el inicio de su cárcel, que ella ya no estaría involucrada en asuntos políticos, sino porque sus más cercanos han ido tejiendo alianzas electorales en otros lados. Específicamente, su yerno, el exsubsecretario de Educación, Fernando González, ha sostenido varias reuniones con representantes de Andrés Manuel López Obrador, para forjar una alianza. De la misma manera, el exsecretario general del sindicato de maestros y durante muchos años brazo derecho de la maestra, Rafael Ochoa, confirmó lo que comenzó a hacer en las elecciones en el estado de México: trabajar junto con Morena. Ese sector del magisterio no volverá a cooperar con el PRI en ninguna elección. Cuántos maestros apoyarán la campaña de López Obrador es una incógnita, pero en 2006, cuando la maestra se enfrentó con el candidato presidencial del PRI, Roberto Madrazo, los maestros en el centro y el sur del país votaron por el candidato de la izquierda. En las elecciones federales de 2015, el voto de los maestros también se inclinó por otros partidos diferentes al PRI, mostrando el agravio contra el gobierno de Peña Nieto, mismo que no hay razones para pensar que la maestra Gordillo y sus cercanos en el campo de la política, no tengan y busquen venganza.
3ER. TIEMPO: Llegó el momento de ceder. La candidatura presidencial del Frente Ciudadano se decidió en función del peso electoral por partido. De esta forma Ricardo Anaya, líder nacional del PAN, se apoderó de la bandera del ahora llamado Por México al Frente. Hasta ahí las cosas estaban bien. Pero como ya se sabía, comenzaron a complicarse cuando empezó la negociación por distritos electorales entre el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano. Anaya tuvo que entregar Morelos al PRD, aunque el exgobernador Marco Adame, que se encuentra entre sus principales asesores y es el líder visible de la extrema derecha del partido, quisiera Morelos para el PAN; la candidatura de la coalición será para quien designe el gobernador Graco Ramírez, probablemente su hijastro, Rodrigo Gayosso, quien encabeza al PRD en el estado. Al Movimiento Ciudadano le entregó todo Jalisco. Enrique Alfaro, quien será su candidato a gobernador, había dicho que el PAN y el PRD le estorbaban, por lo que se sacudió fácilmente al PRD, mediante un acuerdo con su líder de facto, el exrector de la Universidad de Guadalajara, Raúl Padilla, concertado por el neoasesor de Anaya, el promotor de las candidaturas independientes, Jorge Castañeda, y a los panistas, totalmente desacreditados en ese estado, simplemente los excluyeron. Hubo sacrificios fáciles de panistas, como en Jalisco; difíciles en Guanajuato y Veracruz. Guanajuato está prácticamente etiquetado al PAN, que ha administrado sucesivamente la entidad, pero en esta negociación, pese a la molestia del gobernador Miguel Márquez, un distrito que siempre habían ganado, le fue entregado a Dante Delgado, el presidente de Movimiento Ciudadano. Igual le concedieron distritos en el centro de Veracruz, de donde es originario Delgado, a costa de los deseos hegemónicos del gobernador Miguel Ángel Yunes. Movimiento Ciudadano le quitó espacios al PAN en Nuevo León, donde Anaya no tuvo mayor problema en dárselos porque las lealtades azules en el estado no están con él, y abrírselos al PRD en las delegaciones Miguel Hidalgo y Benito Juárez en la Ciudad de México, donde hay más panistas antianayistas que leales. Las reparticiones de candidaturas las ha ido balanceando Anaya con el PRD y Movimiento Ciudadano. Donde anda en déficit, y se verá si tiene costos futuros para él es con el PAN, el partido que con todo su peso electoral, lo empujó a la candidatura presidencial.