Por una #SociedadHoorizontal
El miércoles 23 anuncié en el Puerto de Acapulco mi reincorporación al trabajo político desde las filas de Movimiento Ciudadano. Llevo casi tres años sin militancia partidista a partir de que renuncié al PRD. Los dos últimos años, después de terminar mi labor como senador, he estado dedicado a actividades privadas, pero siempre atento al entorno político y económico.
Decidí hacerlo en estas fechas ya que el 26 de septiembre marca una fecha trascendente para la vida del país y también en mi vida personal. Hace seis años se dio la terrible noche de Iguala en la que jóvenes normalistas fueron atacados y desaparecidos por los policías que debían cuidarlos. La corrupción y la impunidad que desnudaron esos hechos, marcaron a México. También me marcaron como ser humano.
Renuncié a la candidatura a gobernador del estado de Guerrero que hasta entonces era por mucho la mejor posicionada. Al ser autoridades municipales perredistas las involucradas en aquellos lamentables hechos, exigí que quienes tenían responsabilidad política en los hechos no intervinieran en el proyecto que yo pretendía encabezar. No fui escuchado por la cúpula del partido, pensaban que todo podía seguir igual. Con gran frustración tuve que retirarme de un sueño que anhelé desde chico, sin embargo hoy mas que nunca reitero que los principios están por encima de cualquier cargo público.
Consciente de la necesidad de un cambio de raíz en México, busqué ser candidato independiente a la Presidencia de la República. A lo largo y ancho de todo el país reiteré que los partidos políticos habían dejado de ser un instrumento de la sociedad y se habían convertido en espacios acaparados por cúpulas; en organizaciones que antes de ver por los intereses de la gente, solo veían por los suyos propios. Dije que los partidos requerían cambiar, ponerse al servicio de los ciudadanos.
Tras el reconocimiento de miles de firmas por parte del Instituto Nacional Electoral, de un día para otro nos cambiaron las reglas y las desconocieron, señalándonos de fraude. Pese a que el Tribunal Electoral nos dio la razón, no logré mi objetivo de estar en la boleta del 2018. Fue un duro golpe, pero en lugar de frustrarme, me levanté, aprendí de los errores y aquí estoy. Hoy sigo defendiendo que cada una de las miles de personas que nos apoyaron fueron de “carne y hueso”, hombres y mujeres que compartieron con nosotros el sueño de que las personas en México no sean excluidas por los intereses de siempre.
También he dicho que no es sano concebir una democracia sin los partidos. En tanto no haya nuevas fórmulas para la organización política en una democracia, el valor de los partidos es fundamental para ordenar al debate público, para procesar los diferendos y construir acuerdos. Por ello, frente a los excesos que se han vivido, es indispensable que éstos se depuren, reconstruyan y proyecten como verdaderos vehículos de la sociedad para alcanzar el poder institucional y que este sea instrumento del poder popular.
En este momento de evolución social, en el que las viejas jerarquías verticales pierden su presencia a pasos agigantados, frente a las dinámicas descentralizadas en las que las personas se informan, comunican y organizan de manera acelerada, la propagación de una #SociedadHorizontal es cada vez mas viable. La elección del 2018 dejó claro que esa fuerza está presente en millones de espacios en el país, desafortunadamente el cambio verdadero no se ha dado. El error ha sido que quienes llegaron al poder, en lugar de descentralizar el poder, han pretendido re-centralizarlo. Hay desencanto, pero la esperanza sigue y hay que recanalizarla.
Dinamizar el diálogo popular, promover la empatía por los demás y ponernos en los zapatos del otro, ayudará a resolver la polarización que hoy vivimos. Por eso estoy convencido de que la decisión de Movimiento Ciudadano de hacer una alianza con la sociedad y sus causas, más allá de las estructuras partidistas tradicionales, nos permitirá construir soluciones junto con la gente. Frente a la corrupción y la impunidad del pasado y el desencanto del presente, hoy seremos la opción de futuro. Agradezco la confianza. Para mí se abre una nueva oportunidad para la construcción del México que merecemos. ¡A trabajar duro y con pasión!