ALHAJERO
El encuentro entre Dulce María y AMLO
Las cosas “se alinearon” de manera increíble; son como “señales del destino”…, narra Dulce María Sauri sobre lo que sucedió por el señalamiento que hizo de ella Andrés Manuel López Obrador en la “mañanera” del viernes —ser parte de la “casta divina”—, y lo que ocurrió luego en Mérida,cuando se le plantó y, libro en mano de su autoría sobre el tema, le refutó ser parte de aquella élite maldita.
La historia comenzó en la “mañanera”, cuando un reportero le preguntó al tabasqueño qué opinaba de la iniciativa de la diputada priista de añadir al 108 Constitucional que los Presidentes pudieran ser sancionados (administrativamente) por “daño moral”, pues las “mañaneras” se estaban convirtiendo en un Tribunal Mediático de la Inquisición.
López Obrador respondió que no tenía ningún inconveniente para ello; pero atribuyó los dichos de Sauri a que “ella fue Presidenta del PRI y por lo mismo tiene una postura política”. Y luego agregó:
“Ayer o antier me comparó con Donald Trump. Entonces, no sé si vaya a ser delito el que yo pueda decir que, a lo mejor, su comportamiento tiene que ver porque ella pertenece a la casta divina…, sin ofender, con todo respeto.”
En los momentos que Andrés Manuel hablaba, Dulce María se hallaba en el aeropuerto de la Ciudad de México esperando el vuelo hacia Mérida. Una sobrina la alertó: “Amlo está hablando de ti…”
Y lo que es la vida. Hace tres semanas, la ex gobernadora de Yucatán presentó un libro que acaba de escribir —ella tiene un doctorado en Historia— titulado “La Casta Divina, por dentro y por fuera”, en el que se adentra en el tema y responde a la pregunta de quiénes son —les pone rostro y nombre— los miembros de la Casta Divina en Yucatán.
Decide entonces regalarle un ejemplar al Presidente —sabe que le gusta la Historia—, a quien conoce personalmente desde hace muchos años, pues ambos fueron Presidentes del PRI al mismo tiempo (él en Tabasco y ella en Yucatán). Indagó su agenda. Decidió buscarlo en el Hyatt.
Lo primero que le sorprendió, y de manera positiva, es que “no fue difícil acercarse al Presidente”. Ni había impedimentos de tránsito ni para ingresar al hotel. Lo segundo, “que me concedió el tiempo necesario para recibir el libro y escuchar lo que tenía que tenía que decirle”.
—Sí, creo que se sorprendió un poco cuando me vio y le entregué el libro…; pero lo más positivo de todo es que el Presidente está de acuerdo en que se incorpore al 108 Constitucional la figura de daño moral.
Su propósito, resume Dulce María Sauri, es equilibrar el poder presidencial y el poder de la ciudadanía. En las “mañaneras”, advierte, “hay un abuso de poder y la gente está sin posibilidad de defenderse”.
—¿Te ofendió que dijera que eres de la Casta Divina?
—No… —ríe. —El Presidente olvidó algo singular (que le impediría pertenecer a la Casta Divina): “¡Soy prieta!”
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