ANTORCHA CAMPESINA
En Querétaro, la seguridad por los suelos
De acuerdo con reconocidas encuestadoras a nivel nacional, el mayor problema que perciben los mexicanos después del económico, afectado en buena parte por el gasolinazo y como consecuencia el incremento de los artículos de primera necesidad, es el relacionado con la inseguridad, situación que le ha restado bastante puntos al Presidente de la República Enrique Peña Nieto que lo ubica con sólo un 19 por ciento de aceptación de los mexicanos.
Y aunque no gusta a las autoridades locales, Querétaro, de ocupar el segundo lugar en percepción de seguridad por la población y por ello uno los más visitados por turistas nacionales e internacionales, permitiendo a los inversionistas captar año con año una importante derrama económica, en el último período según las encuestas, la inseguridad ha mostrado una tendencia al alza. En septiembre de 2016 el 52.2% de los queretanos consideraba inseguro vivir en Querétaro, y sólo tres meses después, para diciembre, se había incrementado al 55.8%.
En 2017 los indicadores de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública muestran que el 65.3% de los queretanos tiene una muy mala percepción de seguridad, agravada en los últimos días que le ha merecido ser nota en medios nacionales. El director del organismo no gubernamental, Observatorio Nacional Ciudadano, señaló en un medio televisivo la descomposición de la seguridad que se vive Querétaro y cómo ha venido empeorando de manera consistente en los dos últimos años. Allí explicó que la entidad, gobernada por Francisco Domínguez Servién, ocupa uno de los primeros cinco lugares del país en delitos patrimoniales, ya que es el 2o estado en el que se recibe un mayor número de denuncias en robo de vehículo, el 3o en robo a comercio, el 4o lugar en violaciones y el 5o lugar en robo a casa habitación.
Coincidentemente, Santiago Roel, director de la organización Semáforo Delictivo, afirmó que Querétaro ha escalado bastante posiciones en el panorama delictivo nacional. En lesiones dolosas; 53 incidentes por cada 100 mil habitantes, superando a estados como Tabasco, Estado de México, Colima y Guanajuato. En robo a negocio ocupa la cuarta posición con 42 robos por cada 100 mil habitantes. El segundo lugar nacional en robo de vehículos registrando hasta marzo 470 robos y un incremento del 30 por ciento. En lo que se refiere al robo a casa-habitación, los indicadores del Semáforo Delictivo reportan un 56 por ciento, posicionando a Querétaro en el quinto lugar, por debajo de Aguascalientes, Baja California, Colima y Baja California Sur. En violaciones, Querétaro se ubica en la quinta posición a nivel nacional con 4.3 delitos por cada 100 mil habitantes.
Al no hacer su trabajo y acercarse el 2018, a los funcionarios se les pone la piel más sensible y presuponiendo –mal- que se trata de descalificaciones políticas, responden irasciblemente al desesperado clamor de la población como hizo el gobernador con Francisco Gavidia Arteaga, párroco del Sagrado Corazón, quien al realizar en catedral la misa a uno de los tantos asesinados en los últimos días, manifestó: “¿Cuantos muertos necesita la autoridad para determinar que Querétaro es inseguro?”, y “que la inseguridad ya no se vive sólo en estados como Michoacán o
Tamaulipas; y que se hace mucho ruido cuando el agredido es un sacerdote, un periodista o un abogado, pero existen muchos casos que quedan impunes”. La respuesta del gobernador no tardó mucho: “Las declaraciones del párroco contaminan a la ciudadanía cuando estamos haciendo un trabajo fuerte”, dijo Francisco Domínguez, aunque no se ha referido a lo ocurrido con el dueño del restaurante “Chiltepinos”, en la colonia El Mirador, ni de los cinco asesinatos registrados la semana pasada.
Se puede decir mucho, pero los resultados demuestran que la estrategia de seguridad aplicada por los gobiernos estatal y municipales han resultado verdaderos palos de ciego. Todos los días y a todas horas la población sufre de los asaltos y robos de vehículos que se cometen en Menchaca, San Pedrito Peñuelas, Casa Blanca, Santa Rosa Jáuregui y hasta a pocas calles del palacio de gobierno, en el centro histórico. De nada sirve hacer, según el mito del avestruz, clavar el pico en el suelo para esconder la realidad sino enfrentarla con inteligencia para hacer de éste estado y éste país gangrenado por el capital y los malos políticos, una patria más sana y habitable por todos los mexicanos.