EL JICOTE
Aplauso y chiflido
Por supuesto que López Obrador merece un aplauso y no cualquier aplauso, sino poniéndose de pie, por la lucha frontal contra el huachicoleo: la investigación, el descubrimiento del negocio multimillonario, la información por sexenios oculta, la promesa de castigar a los ladrones de la nación; culpabilidad que al parecer alcanza a Presidentes, gobernadores, Directores de PEMEX, generales y su sindicato. Imposible regatear felicitaciones.
Afirma Giovanni Papini: “Para hacer una Revolución, un movimiento digno de crear estrategias, se necesita ser un místico, un poeta y un optimista”. López Obrador reúne estas cualidades, pero él es sobre todo un optimista, como enfatizó en su discurso de toma de protesta. López Obrador es algo muy característico de los líderes populistas: es un voluntarista político. Un líder populista más que detenerse en los medios, en las estrategias y los efectos colaterales, considera que el fin único es lo importante, y si ese fin último lo considera que es en el beneficio del pueblo, nadie lo para. Como Gabino Barreda no entiende ya de otras razones. Pueden ser banderas muy loables, como lo es ahora el huachicoleo, que es por donde quiera que se le vea inobjetable.
El líder populista parte del principio que para resolver los problemas basta su, ideal sumado con su voluntad, y esto es más que suficiente para garantizar el triunfo. El problema es que los factores reales de poder y las circunstancias muchas veces lo contradicen, a tal punto que la solución, idealmente perfecta, afecta al pueblo que supuestamente se aspira beneficiar. No es posible que no se haya previsto cambiar el proceso de distribución de la gasolina sin tomar en cuenta los graves daños a sus consumidores. El optimismo raya en la imprudencia y en la irresponsabilidad. El Presidente debe aprender a gobernar, la realidad para cambiarla exige algo más que una buena causa, una voluntad férrea, tenacidad y llamados a la paciencia. De no evitar o atenuar las consecuencias, la cruzada contra el huachicoleo provocará, como está sucediendo, la rabia y la frustración popular que ya se revierte contra López Obrador.