COLUMNA PLAZA DE ARMAS
Abren Caja de Pandora en la Fundadores
¿Por amor a Querétaro?: Sabino
- Gran rechifla de queretanos para Marcos
- Aspirar al último aplauso, pedía Olivares
- Abandonan regidores al alcalde capitalino
- Pierden poder pero se quedan con la mafia
POR: SERGIO ARTURO VENEGAS RAMÍREZ
Caja de Pandora.
Como la tinaja o caja de la mitología griega que al abrir soltaba todas las desgracias del mundo, así el grupo integrado por las hermanas María Isabel y María Teresa Lascurain Arrigunaga y María Fernanda Meade del Valle, destapó el malestar popular en contra del alcalde vendedor Marcos Aguilar Vega.
Todo en el mero cumpleaños de la ciudad y en la emblemática Plaza Fundadores, inaugurada por el presidente José López Portillo en 1981 para conmemorar el 450 aniversario.
Ahí, 37 años después, las Pandoras dieron un concierto marcado por la desorganización, el amontonamiento y, lo peor, el error de invocar al señor de la basura, las ciclovías, los parquímetros, semáforos “inteligentes”, rellenos sanitario y lámparas leds.
Con gran rechifla y abucheo reaccionó el respetable público con la sola mención del villano favorito.
“¿Qué pasó? Esto no es política -dijo una de las cantantes- nomás estábamos agradeciendo la invitación. Mejor cantemos”. Y cantaron sus éxitos, incluido ese de “¿Cómo te va mi amor?, después de darse cuenta de lo mal que le va al edil queretano, en tránsito a diputado federal plurinominal.
Lo sucedido la noche del miércoles fue el termómetro ciudadano de la impopularidad de Marcos Aguilar, el Pequeño Mussolini, como le llamó Gonzalo Ruiz Posada o Marquitos Rey, por ser tan aborrecido como el papá de Luis Miguel y por el sentido monárquico de su ejercicio de gobierno, aunque ahora hable del amor que nos une, por Querétaro.
Lo de la Plaza Fundadores, en donde Pandora abrió la caja de ídem y se produjo el juicio popular con la rechifla y el abucheo, fue la descalificación al trienio del alcalde vendedor.
Cosecha lo que sembró.
Así de fácil.
Asi de difícil.
-LA VIEJOTECA-
1979.
R
afael Camacho Guzmán asumió el gobierno el 1 de octubre de 1979 en el auditorio Josefa Ortiz de Domínguez construido por Antonio Calzada Urquiza y derribado más tarde para edificar el actual. Ahí, ante la sorpresa de las fuerzas vivas, el nuevo mandatario expulsó del estado a su antecesor, en presencia del secretario de Gobernación, Enrique Olivares Santana.
El anuncio de que una comisión acompañara al ciudadano Antonio Calzada al exterior del recinto provocó una inesperada reacción de apoyo de los queretanos presentes que le dieron al defenestrado el mejor aplauso de su sexenio.
Ese que al que representante presidencial, profesor Olivares Santana, dijo en su discurso, deben aspirar los gobernantes, el de la salida.
El que muy probablemente (toda proporción guardada) no recibirá el ahora alcalde amoroso Marcos Aguilar, Marquitos Rey, a quien los capitalinos reunidos el miércoles en la Plaza Fundadores, dedicaron la mejor rechifla del trienio.
Vox populi, vox dei.
-OÍDO EN EL 1810-
Por cierto.
Pocos se percataron de que el presidente municipal no reunió quórum este miércoles en la sesión de cabildo solemne en el Teatro de la República, para entregar las preseas a queretanos distinguidos. Sólo asistieron ocho de 16.
Nos vemos en el III Informe.
-¡PREEEPAREN!-
¿Y en dónde está el piloto?
Dicen que el más beneficiado con los desaciertos del alcalde vendedor es el gobernador viajero, que sigue de vacaciones. Y sí, pero no se salvará éste del juicio popular por la privatización de los servicios públicos y los grandes negocios hechos al amparo del poder y que costaron al PAN más de 60 mil votos en la elección del pasado 1 de julio.Doy fe
-¡AAAPUNTEN!-
Capital.
Que en las próximas horas se resolverá la impugnación del Arquero de Cristo, Adolfo Ríos, en contra de la elección en el municipio de Querétaro.
No habrá sorpresas.
-¡FUEGO!-
La mafia del poder.
Claudia Ruiz Massieu seguirá al frente del PRI. Y Miguel Ángel Osorio Chong coordinará a la bancada en el Senado. Como dijo un amigo: nos quitaron el poder pero nos dejaron la mafia.
¡Porca miseria!