Columna invitada
Votaron para que los gobiernen, pero no los dejan votar para que elijan a quienes los juzgan. Morena aprobó presupuesto para que los reos en prisión preventiva participaran en la elección presidencial de 2024, pero no en la judicial de 2025. Puro populismo.
Más allá de estar de acuerdo, o no, con que las personas en reclusión participen en comicios, se trata de un doble discurso del régimen en materia electoral:
–En los comicios que ganó en junio pasado, se pintó de progresista. Sus legisladores y legisladoras abrieron las urnas y otorgaron recursos para que 30 mil 947 personas en prisión preventiva ejercieran por primera vez el sufragio.
–Pero en los comicios de junio próximo, no otorgaron recursos para que voten en la elección de los miembros del poder judicial.
El INE queda como seguidor de ordenes: en 2024 Morena le dio dinero para organizar la votación en cárceles, y la organizó; en 2025 Morena no le dio dinero para que organice las elecciones en cárceles, y no las organizará.
Es censurable. El gobierno presumió el voto de 27 mil 843 reclusos y de dos mil 548 reclusas como un hito en la ampliación de derechos, con imágenes de urnas en centros penitenciarios y se congratuló de la cifra de participación: 85.85 por ciento.
Morena figuró como un partido defensor de los marginados. Sin embargo, hoy se sabe que fue puro teatro: no le interesa la justicia electoral, sino el aplauso facilón. Y lo prueba con su decisión de excluir a los mismos presos y presas de la elección judicial.
Es política de espectáculo: Morena ha retenido la posibilidad de votar a quienes más dependen de los jueces y juezas, con la excusa de que no alcanzó el dinero del Presupuesto 2025. En cambio, si alcanzó para subsidiar al Tren Maya con 41 mil millones.
Y eso que el Tren Maya es un peso muerto para la economía nacional. En un año transportó solo 600 mil pasajeros, de los tres millones que tenía programados. La obra sólo genera 134 millones de pesos, y tiene que ser subsidiado con nuestros impuestos.
En 2024 se descocieron hablando de justicia para los presos y presas en prisión preventiva. Pero en 2025 les niegan participar en las decisiones que más les afectan. Ninguna coherencia: aplauso efímero y exclusión duradera.
La justicia les vale un comino. Rosario Robles estuvo presa tres años por ser adversaria del grupo político en el poder. Un juez aliado (Delgadillo Padierna) la encerró, aunque se demostró que lo hizo con pruebas fraguadas: una licencia falsificada por los fiscales.
Nada de compromiso con la legalidad: es únicamente un uso utilitario del sistema electoral.
Es nacionalpopulismo.