Virginia Hernández Vázquez
¿Cuántas veces hemos escuchado eso de “es que todavía están muy jóvenes”?
Lo dicen en las reuniones, en los espacios de decisión, frente a un micrófono. Y casi siempre suena a excusa. Como si ser joven fuera sinónimo de inexperiencia o improvisación.
Y sin embargo, yo lo veo al revés.
Sí, somos muy jóvenes. Y eso significa que vemos el mundo con otros ojos. Significa que crecimos con diferentes herramientas, que usamos la tecnología para resolver problemas. Significa que nos cuestionamos lo que puede mejorar, que proponemos lo que hace falta, y que aprendimos, muchas veces a contracorriente. Sabemos que la política también puede hacerse desde la sensibilidad y desde la calle.
A los 21 años asumí la titularidad de la Secretaría de la Juventud del Estado de Querétaro (SEJUVE). No fue sencillo, pero ha sido una gran oportunidad y una gran responsabilidad para una generación que no quiere ser espectadora. Desde ese día entendí que no se trataba de ocupar un cargo, sino de abrir camino. De que las y los jóvenes de todo el estado supieran que esta Secretaría era suya.
Querétaro cuenta con una Secretaría Estatal de la Juventud que hoy tiene más fuerza, más campo de acción y más presencia. No porque antes no existiera, sino porque hoy es una Secretaría que escucha, que camina y que actúa.
Hemos recorrido los 18 municipios, haciendo foros, mesas de trabajo y encuentros comunitarios. Y de cada conversación salieron cuatro palabras que hoy son la base de todo lo que hacemos: cercanía, participación, inclusión y sensibilidad.
Una SEJUVE cercana
Las políticas para las juventudes no se puede hacer desde el escritorio. Por eso apostamos por estar en las calles, en las plazas y en las comunidades más alejadas. Porque si no estamos cerca no podemos comprender, y si no comprendemos no podemos cambiar realidades.
Una SEJUVE participativa
Queríamos que los jóvenes no solo fueran escuchados, sino reconocidos como actores relevantes. Hemos llevado su voz a espacios estatales, nacionales e internacionales. Ningún espacio debería estar cerrado para una generación que está lista para proponer.
Una SEJUVE inclusiva
Juventudes hay muchas y muy distintas. No vive lo mismo una joven de 14 años en Amealco que uno de 25 en la zona metropolitana. Por eso trabajamos para que nadie se quede fuera: convocatorias traducidas al otomí (hñahñu), espacios físicos accesibles, participación real desde la diversidad de edades, contextos y necesidades.
Una SEJUVE sensible
La pandemia dejó heridas emocionales. La salud mental dejó de ser un tema tabú para convertirse en una urgencia. Creamos un programa que ofreciera atención, contención y prevención. Porque hay decisiones cruciales en la vida de un joven que no se pueden tomar si no hay estabilidad emocional. Y porque cuidar la salud mental no es un lujo, es un derecho y una responsabilidad.
Hoy, puedo decir que la SEJUVE es una comunidad. Un hogar donde caben las ideas, los proyectos y los sueños de miles de jóvenes queretanos.
Y sí, somos muy jóvenes. Pero también somos la generación que está cambiando las cosas, con fuerza, con alegría y con propósito.
Ya no estamos esperando permiso para cambiar nuestra realidad: la estamos construyendo.
Y lo mejor de todo es que apenas estamos empezando.






