TABLERO
- Desaparecieron la medalla con su nombre
- Llamó Alito a la unidad del priismo estatal
- Reaparecieron Alemán, Ospital y Osornio
- Que no permitirá corrupción asegura Nava
Cheque.
Este viernes se cumplen diez años de la irreparable pérdida del periodista Ezequiel Martínez Ángeles, quien por más de cinco lustros condujo el programa “A micrófono abierto” (más allá de la noticia) a través de Radio Universitaria, en donde hoy a las siete de la mañana habrá una emisión en su memoria.
Reportero, columnista, abogado y maestro de historia de México y teoría del Estado en la UAQ, fue jefe de información de los dos periódicos más antiguos de la ciudad.
En su honor el Congreso del Estado instituyó el Premio Estatal de Periodismo “Ezequiel Martínez Ángeles” que todavía en 2017 recibió el conductor y editor Andrés Estévez Nieto, pero se ha suspendido. No se entregó en 2018 ni en 2019.
Este columnista tuvo el privilegio de la amistad con Cheque y de compartir, por años, trabajo conjunto en prensa y radio, viajes nacionales e internacionales, además –y eso fue lo mejor- intensas relaciones familiares,.
A su paso por el diarismo local, Ezequiel dejó magistrales columnas, denominada “Transparencia” en su primera época y “El Urbanita”, ya con un estilo más acabado, en las que pugnó por un desarrollo equilibrado de las ciudades, que privilegiara a la persona por encima de los automotores.
Ejerció la crítica a los planes gubernamentales y a las desviaciones de funcionarios, como fue el caso de uno de los procuradores de Rafael Camacho Guzmán, destituido después de reconocer en una entrevista con él que “todos somos corruptos”. No lo corro por corrupto, sino por pendejo, aclaró el entonces gobernador.
Igualmente desató la polémica al calificar al Congreso del Estado como un circo, por la falta de seriedad y capacidad de los diputados en el tratamiento de los asuntos legislativos. El líder de la Cámara le exigió retractarse, cosa que, por supuesto, no hizo.
Tuvo un acendrado amor por Querétaro, ciudad en la que nació el 27 de noviembre de 1955 en la maternidad de la señora Blanco, cerca de San Antonio, pero vivió toda su infancia en la calle del Hidalgo, presumiéndose -contradictoriamente- como vecino del Barrio de Santa Ana y ciudadano del mundo, que pugnaba por la desaparición de las fronteras y las banderas.
En sus clases de preparatoria desmitificaba la historia nacional y en especial el periodo de la Revolución Mexicana, que negaba, recordando cómo nuestros héroes se mataban los unos a los otros.
“Cheque”, era amante de la buena mesa y de los buenos tintos, así como de los “Sol y sombra” que disfrutaba con sus amigos, a los que se prodigaba, cálido y total, cuando adquirían ese rango, reservado solamente para sus pares.
Desconfiaba de los políticos y condenaba el crecimiento desordenado de la zona metropolitana y especialmente la salvaje invasión de la mancha urbana sobre las tierras agrícolas.
Se mantuvo siempre como un lector empedernido de periódicos y de libros sobre la ciencia jurídica y el fenómeno de la comunicación.
Su frase de batalla “¡Qué país” hacía el ritual. Una especie de ábrete sésamo para dialogar con sus compañeros y amigos, con los que cotidianamente discutía de política y de medios en su mesa de un café del Portal Quemado, en la Plaza de Armas, en donde se convirtió en un cliente tan frecuente que ya era parte del paisaje.
Era un hombre incorruptible, de profundas convicciones y sin mayores ambiciones materiales. Murió a los 53 años, el 28 de junio de 2009, a unos días de las elecciones, cuyo resultado le hubiera gustado ver, porque ganó José Calzada Rovirosa, colaborador suyo en la radio, aunque probablemente hubiera criticado su forma de gobernar sin colores y, sobre todo, la entrega al PAN.
Nos han hecho mucha falta la amistad y el análisis de Ezequiel Martínez en esta década de luces y sombras, en las que nuestro estado pasó del top ten de la seguridad al de los feminicidios y destaca en la mayor parte de los casilleros del Semáforo Delictivo.
Muy minada su salud, acudía Cheque a transmitir su programa “A micrófono abierto”, cosa que hizo hasta unos días antes de ser internado en la clínica, heredando a sus hijos Betzabéth, Oriana e Imanol un enorme patrimonio de honestidad, compromiso social y profesionalismo
Nunca buscó el halago ni las medallas, por eso resultaba paradójico que el congreso de los diputados, a los que tanto criticó, haya creado la presea al mérito periodístico que, muy merecidamente, llevaba su nombre y que en estos malos tiempos para el periodismo, ya desapareció. Finalmente, la cancelación del premio es congruente con la situación actual. No hay respeto a la libertad de expresión, como lo prueba la persecución en contra de este medio, ¿por qué va a haber un reconocimiento a los periodistas?
¡Qué país!” diría Ezequiel.
-BLANCAS Y NEGRAS-
Alito.
En Querétaro, cuna del PRI, bueno más bien de su ancestro el PNR (Partido Nacional Revolucionario), arrancó campaña Alejandro Moreno Alito, candidato a la presidencia del comité ejecutivo nacional. Y tuvo una primera probada de lo que va encontrar, en mayor o menor grado, en todo el país: un partido disminuido, dividido y muy mal dirigido, aliado al PAN. El PRIAN, pues.
Quejas en público y en privado halló el futuro líder, ante lo que declaró que el PRI no tiene dueño y que se va a renovar para estar de regreso y ganar el poder que detentó por décadas, asegurando que Morena gobierna pero es ave de paso. O sea, ganso de paso.
Se reunió Moreno con el comité estatal encabezado por el repudiado Juan José Ruiz y sus detractores, entre los cuales están algunos de los candidatos perdedores, pero también con la militancia leal y con los traidores que no se fueron o los que ya regresaron. A todos convocó a la unidad y dijo que después de la elección del 11 de agosto trabajará por hacer del PRI el mejor partido de México.
Reaparecieron algunos de los desplazados por la actual dirigencia, como la diputada federal María Alemán; el presidente con licencia del Instituto Reyes Heroles, Paul Ospital y el secretario de organización de la CATEM, Eric Osornio, pero no se dejaron ver ni el dirigente del PRI capitalino, Pancho Pérez Rojas ni ex gobernadores ni ex presidentes nacionales. Alito prometió regresar después de la elección y recorrer todos los municipios del estado.
Hará falta.
-LA FRASE DE LA SEMANA-
Nada.
No vamos a permitir el mínimo acto de corrupción: Luis Bernardo Nava, presidente municipal de Querétaro en la sesión ordinaria de Cabildo, el martes pasado.
Eso dijo.
-JUGADA FINAL-
Alcalde en la calle.
A Luis Bernardo Nava, que no iba a ser tapadera de nadie y sólo se la pasa amagando a Marcos, mientras ofrece combatir la corrupción, y no hace NADA, un retórico y bien intencionado ¡JAQUE MATE!