DESDE LOS BALCONES
La ultraderecha mexicana se disfraza de puritana, por eso ha inventado el equívoco registro patrimonial, 3 de 3 de los servidores público del Estado Mexicano; pero lo realizó, inmediatamente después de que sus representantes máximos de la política nacional: Vicente Fox y Felipe Calderón dieron el al traste con las principales fuerzas productivas con que el país contara, como la única y cierta posibilidad de salir del subdesarrollo y del atraso, de la miseria social y el desamparo popular de campesinos, trabajadores e indígenas.
Manuel Bartlett Díaz, cuyo padre amparara a los trabajadores petroleros, durante el proceso de la expropiación petrolera, él mismo ha sido un férreo defensor del patrimonio nacional del petróleo, durante el pasado proceso desnacionalizador del mismo, donde México resultara al final, contribuyente global de las peores fuerzas imperialistas que atenazan al mundo subdesarrollado y poseedoras de este recurso clave.
Como Senador de la República, fue un destacado opositor de las mal llamadas reformas estructurales que afectan a los energéticos propios del país y a su transformación ampliada; los que ahora lo atacan, los que dan la cara y los que se ocultan, jamás alzaron la voz contra esos intereses, uno, cuyo padre e hijo es un abierto y conocido socio de una empresa trasnacional al menos, beneficiaria del rescate público, FOBAPROA, por parte del Estado Mexicano y alterna su explotación esgrimiendo una moralidad pequeño burguesa contra la acumulación pública, como si la plusvalía arrancada al trabajo impago, pudiera diferenciarse de las rentas públicas, contra las desatan sus furias selectivas.
Un ejemplo, Xóchitl Gálvez, Senadora del PAN y legisladora varias veces por el mismo partido, ex funcionaria de Vicente Fox, originaria del Estado de Hidalgo, nunca ha visto más enriquecimiento inmobiliario que el de Manuel Bartlett Díaz, no así el de Miguel Angel Osorio Chong, su paisano, inmensamente rico y represor conspicuo, tampoco sabe nada de las organizaciones que saquean a Pemex, estableciendo una industria del robo del carburante, entre miles de atrocidades sociales en el Estado de que es originaria.
Manuel Bartlett Díaz, defendió a capa y espada la industria eléctrica, a grado tal que puso en aprietos los contratos concesión de los gasoductos que van a surtir de carburante a las plantas generadoras de la Comisión Federal de Electricidad, gasoductos que habiendo sido construidos con costos a cargo de la propia CFE, sin embargo los van utilizar y explotar las trasnacionales en su provecho, mediante millonarios cargos, se habló de 22 mil millones de pesos deuda, reducida a 12 mil millones, esta negociación ha sido tomada como una desafío y una ofensa a algunos de esos intereses, que no quedaron satisfechos con el desafío del actual director de CFE.
A ello responde y a ellos sirve la Senadora Xochitl Gálvez, que nada dice del enriquecimiento de Vicente Fox y Marta Sahagún, tampoco dice media palabra del enriquecimiento mayúsculo de Felipe Calderón, asimilado como asesor directivo de Iberdrola, precisamente subsidiaria de uno de esos consorcios trasnacionales cuestionados.
La afamada Senadora Panista fue “entusiasta” claque de la candidatura presidencial reciente, condición que le impide mirar hacia interior de su partido y en los procesos en que están inmersos la mayoría de sus correligionarios que hoy se dan golpes de pecho frente a un burgués avanzado y republicano, como lo es Manuel Bartlett, a quien no le pueden perdonar que no se sume a los apetitosos negocios trasnacionales y se les atraviese a los patrones espirituales de la engorda financiera del Fobaproa, el IPAB y a las concesiones mineras que comprenden poco más 100 millones de hectáreas del territorio nacional.
¿Por qué Xóchitl Gálvez, nada dice el enriquecimiento de Miguel Angel Yunez y de la mayoría de los compañeros de su bancada, que no son ningunas damas de la caridad? Es sospechosísima, además de soez, la conducta y el lenguaje político de quien animara a su candidato presidencial diciéndole: “échele güevos” a la hora de arrimarlo a la protección aeroportuaria donde lo aguardaba el socio invisible de Oceanografía, Vicente Fox.
Por todos los medios, tratan de cuestionar al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, al que tampoco le perdonan, ni le perdonarán que se haya alzado con un triunfo popular que cortara sus privilegios y sus planes de capitalizar para sus intereses personales y de grupo al país entero.
¿Qué dice la Senadora Xóchitl Gálvez de la fortuna de los hombres del sexenio que acaba de terminar? ¿Qué dice de la financiarización de las concesiones petroleras en aguas profundas y en tierra firme? Prefiere hacerle al cuento, con esa doble moral más abollada que los años que tiene de bufona de la política y que, según ella, resultan atractivos escapismos televisivos de un perfil de “heroína” de quinto patio, que tanto disfruta.
Hubo indígenas que sirvieron al imperio y el extranjero; Cajeme y Tetabiate, militaron del lado de la república en forma comunal, nunca por motivos individuales y agravios existenciales.