DESDE LOS BALCONES
Agoreros y sábelo todo, de una tendencia y otra, sobran; pero la historia no miente y la historia económica del capitalismo tampoco.
La Rusia Feudal, la Rusia Zarista de hasta poco menos de un siglo, era la nación que menos fuerzas productivas tenía para ahí se dieran las condiciones de un cambio revolucionario; Engels le escribía a Danielson, el primer traductor de El Capital, en Rusia, el camino de la revolución no pasa la transformación de la Comuna rusa, sino por el tránsito tortuoso, duro y doloroso del capitalismo. Para entonces, en 1894, apenas se avizoraba una de las primeras crisis del capitalismo y Norteamérica no era la potencia mundial que es ahora, de la que somos cercanos vecinos e involucrados de pies a cabeza, del modo que sea, en los procesos mundiales de que esta economía es punta.
Y la Rusia Zarista tenía potencias intelectuales de gran calibre en todas las ramas del saber; hasta hegelianos como Herzen tenía y otros muchos; pero conocedores del marxismo lo hubo y también se equivocaban y se dejaban levar por los cantos de sirena del populismo, Plejanov, entre muchos, y eso cundió hasta ya triunfante la Revolución de Octubre.
El gran Continente de reserva de materias primas y de capitalización, se encuentra en Latinoamérica, no en Europa, ni en el medio Oriente, aunque de allá provenga la principal materia prima, el petróleo, del mundo industrial tecnológico y petroquímico, tanto de Europa, Asia y EU; pero estratégicamente, Latinoamérica se halla en la esfera del este imperialismo, el más grande el más potente; no eterno desde luego, pero poderoso y decisivo a corto plazo.
México obtuvo sus ferrocarriles, las minas, el petróleo, las comunicaciones y la distribución de la tierra, merced al empuje de las fuerzas productivas de nuestro vecino del norte y con las propias, con cuyos rendimientos se pagaron capital e intereses y otros caudales sin fin, hasta la fecha. Nuestras capas burguesas, no todas, se embriagaron y se hartaron de enriquecimientos rápidos y fáciles, lo propio hizo y sigue haciendo la especulación foránea y esos procesos no pueden frenarse de sopetón.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador, es un reformador enérgico, convencido de que hay que cambiar el país con otros cimientos y sobre la ruta que otras conducciones económicas tuvieron en el mismo lugar en nuestro país.
Recuperar la Industria de Pemex, NO SAQUEARLA MAS, PORQUE YA NO SE PUEDE HACER ESO. Ese es uno de los pilares del desarrollo más sólido que México tienen enfrente. ¿Qué para ello enfrenta obstáculos y contradicciones? Claro que los tiene; pero la necesidad histórica de transformarse del país, es más poderosa que cualquier otro apetito de levantarse con el dinero público en contratos y especular con ellos en la banca mundial y quizá ni eso.
¿Por qué se produjo la crisis Brasilera? Por el oportunismo político y el arribismo de quienes se encuadraron en el Partido de Lula y confundieron los objetivos personales de enriquecimiento con la transformación de la economía: no por nada Odebreck surge en Brasil y se extiende y baña toda la obra pública de los gobiernos de Sudamérica y llega hasta México; otro tanto hizo el Post Franquismo parasitario e intenta perpetuarse en nuestro país.
¿Qué pasa en México? Sin los Lulas de Brasil, sin Fujimoris de Perú, sin el neoperonismo argentino y sin aventurerismos de ultraizquierda, aunque sí de ultra derecha, como la que se alzó desde Salinas a Peña Nieto, que arrastrara una descapitalización de poco más de 29 billones de pesos y la destrucción y desvalorización de la industria acerera, entre otras muchas, como la industria azucarera; a pesar de ello nuestro país tuvo fuerzas para enrumbar de nuevo, a un desarrollo capitalista propio y sin poder endeudarse más, ilimitadamente, como especulativamente se hizo, especialmente en los últimos tres regímenes anteriores a AMLO.
El camino no es fácil, pero el hombre del Sureste, AMLO, y la condiciones del país alegan que tenemos que cambiar, que tenemos que superarnos; que el narcotráfico y la inseguridad fueron otra arma de la especulación y la dependencia, a grado tal que casi todos los expresidente de México anteriores a este gobierno se alinean en contra de AMLO, ESA ES OTRA HERENCIA, OTRO INCONVENIENTE QUE HAY QUE SUPERAR E IMPONERSE AL MISMO AL PRECIO QUE SEA.
Que gobernadores que vivan en sus laureles, grupos y pandillas que no quieran salir de ese agostadero de contratos a granel y de los dineros presupuestarios limitados para la gente, pero a raudales para ellos: esa es apenas la punta de la contradicción última que, con todo y todo vamos a vencer y no con mañaneras infiltradas ya de redes satánicas. Así son las cosas de la politiquería barata, que no son ni han sido novedad en ningún proceso de transformación. Y sino que lo diga Italia, la propia Alemania, Ya lo cantaba el gran bardo Enrique Heine en ”Los Tejedores de Silesia”, cuando todavía no s avizoraba la Guerra Mundial de 1914 y menos la de 1939.
En México marchábamos con la Revolución Mexicana y con la expropiación petrolera. ¡Quién lo iba a pensar y menos creer! Así fue y así será. AMLO PRESIDENTE DE MEXICO, CON MAS DE 30 MILLONES DE VOTOS, EN UN PAÍS DE CASI 110 MILLONES DE HABITANTES Y UNA DECENA DE OBREROS Y LA INMENSA MASA DE CAPAS MEDIAS QUE SE APOYAN Y SIGUEN. ¿CÓMO PARAR ESO? ¡Y lo intentan y lo sueñan y hasta lo escriben! NI MODO.