DESDE LOS BALCONES
Lo que hoy se observa en la esfera judicial penal, no tiene semejanza a lo que el Carrancismo recurrió, tampoco el Obregonismo; el Callismo y todo lo que le ha seguido en la pugna inter burguesa del poder político en México.
Pongamos por casos los fusilamientos de Argumedo, de Felipe Ángeles, en Chihuahua, Francisco Murguía, en Durango, Francisco Serrano en Huitzilac, el propio Francisco Villa, emboscado en Parral, Arnulfo R Gómez, fusilado por Escobar en Coatepec, Veracruz y Miguel Alemán González, sitiado y muerto por la región de los Tuxtlas, o en último caso, el asesinato de Manlio Fabio Altamirano, senador y gobernador electo de Veracruz, esto último ya en el régimen de Lázaro Cardenas del Río. Cientos de casos más en la pugna de tendencias hasta la época actual. Este es otro cantar.
Si sacamos de contexto cualquier episodio mayor o menor de la política nuestra, incurrimos en una subjetivización, unilateral, al mostrarnos sorprendidos con lo que ahora acontece con Rosario Robles, o con Emilio Lozoya y demás actores de la corrupción estatal moderna, al igual que otra infinidad de situaciones anómalas y graves de la política económica de nuestro país y su grave repercusión en contra de las fuerzas productivas y sus relaciones internas e internacionales.
Rosario Robles Berlanga proviene de los sectores medios y bajos de la pequeña burguesía, que encuentra sus asideros de ascenso social y político en los medios sindicales universitarios; de ahí accede al movimiento social que se da con Cuauhtémoc Cárdenas y de ahí entronca su vinculación con todos los fenómenos heterogéneos del oportunismo político de izquierda y de derecha. Esto mismo acontece ahora, con el portentoso movimiento nacional del OBRADORISMO, Y ELLO NO DEBE SORPRENDERNOS, AUNQUE SI ADVERTIRNOS DE QUIENES SE ENCAPSULAN EN PEQUEÑAS QUERELLAS DE OCASIONALES OPORTUNISMO, A TODO NIVEL, EN LAS DIRIGENCIAS ESTATALES O NACIONALES.
ROSARIO Robles es un caso relevante de la corrupción oportunista que infesta a todos los partidos, dentro del elitismo en que se mueve cada quien y cada uno. Estos fenómenos entrampan las políticas estatales, el ejercicio legislativo local y nacional, a grado tal que vemos en el Distrito Federal, por ejemplo, fenómenos enteros de enquistamiento oportunistas a nivel delegacional, de su actividad irregular en el ambulantaje callejero, en donde pululan y se intercambian fenómenos comerciales legales y extralegales de todo tipo.
Rosario Robles entronca con todo este actuar gelatinoso canallesco que surge en todas las grandes ciudades y que tienen su desembocadura en procesos electorales y administraciones de estado, infestadas de este virus oportunista complejo y multiforme.
Rosario Robles se encuadra dentro de los grupos emergentes y marginales de la izquierda, que el Cardenismo de la década de los 80 y 90, hasta ahora en el nuevo siglos, acompañara a la aspiración de cambio y hartazgo priista, en plena de decadencia contrarrevolucionaria de las conquistas sociales y políticas del Cardenismo y post Cardenismo, que acompaña a todos los gobiernos que siguieron al del General Lázaro Cárdenas del Río y que, desde ahí va a emprender diversos retrocesos y choques sociales, impulsados por la post guerra y el imperialismo norteamericano, recién superado uno de sus mayores ciclos de crisis que se iniciara en 1929 y antes.
A ese conglomerado oportunista político que se manifiesta distante y apartado de las prácticas verticalistas de la política, pertenecen muchas de las personalidades que todavía vemos hoy encumbradas en el aparato legislativo, judicial, electoral y demás órganos autónomos que se han inventado como disfraz cosmético de todo lo que cambia, para que nada cambie. UN GATOPARDISMO DE INDIVIDUALIDADES Y GRUPOS QUE DISCURREN EN TODOS LOS PARTIDOS, CON MOCHES Y SIN MOCHES.
Por hoy nos quedamos hasta aquí, para no perdernos en los barandales del maltrecho edificio institucional inventado por uso y por otros, unos buenos, otros malos también peores, como las alternancias PAN. PRI, HOY GLORIOSAMENTE MORENA, aunque no guste decirlo y menos escucharlo; pero desde este espejo zacatal social y político surgen los Porfirio Muñoz Ledo, los Clouthier, los Vicente Fox y los Felipe Calderón y, al parecer todos el más funesto proceso de descomposición política, el PEÑANIETISMO, CON SUS IMPLICACIONES CREDITICIAS EXTERNAS Y NACIONALES CON QUE UNA BURGESÍA TARDÍA SE REFOCILA A LAS PUERTAS DEL MISMO IMPERIALISMO.
ENMEDIO DE TODO UNIVERSO DE CONTRADICCIONES SE DA, ENTRE OTROS MUCHOS QUE NO SE CITAN, EL FENÓMENO DE ROSARIO ROBLES, QUE NO RESULTA INUSITADO, COMO TAMPOCO SORPRESIVO COMO OTROS ENCLAVES ESTATALES QUE ESTAN AHÍ SITUADOS, COMO MANIFESTACION DE UN CÁNCER POLÍTICO, EN LA VEJEZ Y AGOTAMIENTO PREMATURO DE NUESTRO PAÍS, PROCESO QUE INTENTA FRENAR EL PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LOPEZ OBRADOR Y AL QUE TODOS LOS DIAS ENFRENTAN POR FUERA Y POR DENTRO DE LA “VIDA” NACIONAL.