DESDE LOS BALCONES
En 1979 México tenía una deuda de alrededor de 29 mil millones de dólares, hoy el pago de la deuda actual rebasa esa cifra; en la misma línea de utilizar la aritmética financiera, el producto nacional bruto per cápita es de -O.1 a lo largo de tres trimestres seguidos en el año 2019.
Pero, ¿en realidad el PIB, que se calcula es en verdad recesivo o de estancamiento? En primer término ese famoso PIB no expresa el ingreso real del total de la población de México; sirve, sí, para promediar un volumen de valor de la producción nacional, con base en la cifra total poblacional de un país y, además, ante todo mide el intercambio comercial de un país con el resto del mundo.
En 1976 teníamos déficit comercial en petroquímicos hasta por 200 millones, y en 1979 tuvimos excedentes de valor por 800 millones de dólares y aun así, México enfrentó una devaluación.
EL PIB como referente porcentual promedio abstracto de lo producido contra su población, es una mera abstracción global de la economía capitalista que esta se hace, frente al poder del gran capital mundial centralizado y medido en su reproducción de valor por otros medios, como los capitales accionarios y del crédito mundial en su conjunto funcional frente a sí mismo.
En la década de 1970, el sector público de México, crecía entre 27 % y el sector privado el 8 %. La recomendación del Fondo Monetario Mundial era que el segundo creciera a expensa del primero y esto se logró en parte; pero la deuda externa de casi 28 mil millones de dólares, se radicaba principalmente en Pemex, en CFE, en Conasupo, en Banobras y en el gobierno federal.
¿Qué sucedió en adelante? Que el financiamiento de los capitales productivos del Estado Mexicano a través de Pemex, CFE y hasta Altos Hornos de México, hubieron de sacrificar el valor de su producción anual, en favor de ese mismo endeudamiento, pero ya revertido a manos de intermediarios nacionales y extranjeros, asociados a matrices trasnacionales, caso extremo fueron los ferrocarriles nacionales de México.
¿Y sin embargo, todo eso siguió contabilizándose o midiéndose conforme a PIB de la misma población total del país, en cada momento de ese ciclo privatizador y reprivatizador de nuestra economía?
Se escucha en estos momentos una acerba y equivocada crítica contra el Presidente Andrés Manuel López Obrador, señalándose su falta de conocimiento de la economía política, como si Ernesto Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto, fueran expertos en la materia de fama mundial o siquiera a nivel nacional.
Resumiendo: no creemos que las cosas de la política de ningún estado de la república, vayan a sujetar se a la obsecuencia de sus gobernadores con cualquier capital particular, llámese automotriz, cervecero, inmobiliario y mucho menos el capital especulativo de equis o zeta “casa libertad”, como acontece en Querétaro o Zacatecas que, estando limitados en recursos acuíferos, sin embargo cifran todo en la exportación y el consumo interno de cerveza, o bien de atraer capitales rentísticos con muy reducidas posibilidades de lograr una reducida tasa media de beneficio.
Vicente Fox, por ejemplo, posee alrededor de 2 mil 500 hectáreas en propiedad en el Estado de Guanajuato; y sin embargo pide que le donen cierto número de hectáreas, millones de metros cuadrados, para erigir un proyecto propio especulativo de tipo inmobiliario, que no sabemos qué clase de “capitales” fueran a comprar sus condóminos de lujo.
Pero ¿quién critica al expresidente Vicente Fox por estos proyectos parasitarios y lo propio a Felipe Calderón, por los dividendos e ingresos de las trasnacionales? Pero don Mauricio Kuri, senador de la república, no pierde oportunidad de manifestar que hemos perdido un año en MAÑANERAS. Yo le sugeriría que de vez en cuando se desmañanara, dos horas por lo menos, analizando los problemas del país, junto con el PRESIDENTE AMLO, para darle alguna objetividad, si es que puede, a sus intentos de crítico improvisado y superficial.