DESDE LOS BALCONES
No abrir un expediente de responsabilidad y por injurias a Carlos Alberto Echeverría Bucio, entraña una aquiesencia tácita y otorgarle carta blanca a sus expresiones antisociales y viscerales en que suele perderse toda falta de valorización política.
Se querría decir con ello, que cualquier otro desequilibrado que salte por su cuenta y riesgo a cometer cualquier salvajada, así sea meramente verbal, no corre el menor riesgo, ni siquiera el de la sanción social correspondiente.
Tienen que ver en esto, quienes lo ingresaron en la política local, con las mismas afinidades y sin ellas; la tienen también, quienes concretamente lo encuadraron en los niveles operativos políticos del municipio de Corregidora; pero como casi toda la política está conurbada, o cosmopolitizada en la zona más densamente poblada de la entidad; decir Querétaro, equivale a Corregidora, o El Marqués, Escobedo, Huimilpan, Amealco, Colon, y ya ni hablar de San Juan del Río.
¿Por qué no se sanciona judicialmente a este funcionario truhan, soez y desalmado? De esa manera se deja la cuerda suelta para que otros moscardones de la política local que ganan más del $1,500 mil quinientos pesos diarios, con carta abierta para otros “negocios” y cientos de influyentismos de toda especie.
Grave, muy grave el affaire DELICTIVO de Echeverría Bucio y de quienes tienen la responsabilidad directa en fincarle responsabilidades. ¿Por qué no lo hacen? ¿Qué les impide actuar con la naturalidad jurídica del caso? ¿Quién o quiénes le protegen desde la política local y federal? ¿Prefieren la impunidad, la comodidad verbal de ofender e injuriar sin ton ni son? MAL PRECEDENTE ADMINISTRATIVO, POLÍTICO Y JUDICIAL, SI NOS ATUVIERAMOS AL ESTADO DE DERECHO.
Esto de infamar sin causa ni motivo alguno a una personalidad política nacional que ningún perjuicio le causa al país y menos a Querétaro, ni por cuenta propia ni ajena es justificable que se deje sin sanción legal un asunto así de grave al que no puede dársele carpetazo como si nada hubiera pasado.
Debe y tiene que judicializarse el caso de las injurias proferidas por Carlos Alberto Echeverría Bucio y esto mismo debe servir de advertencia a tantos desbocados politiqueros que pululan y se disfrazan de oposicionistas de cualquier cosa y al menor pretexto.
¿Usted ingeriría alimentos con unos cubiertos sucios y sin lavar? Esto mismo prima en política. No se puede estar en la administración pública dizque sirviéndole a la ciudadanía, por medio de estos lastres sociales y con la escoria política de la canalla disfrazada de académica.
Aún es tiempo de actuar y sin que medie puritanismo alguno.