DESDE LOS BALCONES
El Triángulo de las Bermudas de la economía nacional
Ya no lo son tanto, pero históricamente lo fueron, instrumentos claves de una estrategia de desarrollo que, exitosas, pronto chocaron con la capitalización privada externa y nacional.
AMLO acaba de señalar como sus posibles nuevos titulares, respectivamente a Manuel Bartlett Días, a Octavio Romero y a Rocío Nahle.
Pocas horas antes se publica en los medios a ocho columnas del déficit financiero, le llaman pérdidas, de los dos primeros enclaves nombrados, por casi 200 mil millones de pesos, Pemex a la cabeza de este desbalance operático y una tercer parte de este total atribuido a la CFE.
¿Y cómo no iba a resultar este balance de pérdidas, si los cuantiosos costos de los trabajos de exploración, para identificar los yacimientos del subsuelo marino y su potencial, todos fueron erogaciones de Pemex y se concesionan sin que medie pago alguno por eso que se apropian a “jecho” los consorcios internacionales y así obran en su valor accionario ya desde ahora?
Nos informan de las pérdidas operativas, queriendo reducir toda comprensión del problema a cuestiones de consumo, como es el caso de la COMSIONS FEDERAL DE ELECTRICIDAD.
PEMEX arrastra un endeudamiento que supera las reservas del Banco de México, 200 mil millones de dólares.
Pero por ningún lado se encuentra un análisis que revele la ignorancia y la equivocación mayúscula de lo que se ha hecho mal, terriblemente mal, algo peor que lo acontecido con la compañía de Luisiana, en el Mississippi, allá por los años del Rey Sol, Luis XV, en Francia, bajo los consejos del eminente aventurero y teórico vulgar del dinero, John Law.
Sobran críticos superficiales ad hominen y faltan analistas de verdad sobre Economía Política que no comulguen con las ruedas de la especulación financiera internacional que subyace y empapa a toda la economía mundial. Podrán lloverle críticas a Bartlett y al resto de los titulares que estarán al frente de este triángulo de las Bermudas que puso fin, o en que empezaron a naufragar los personeros de la tecnocracia de por lo menos siete sexenios apelotonados en la destrucción de la economía social de un país, como México.
Habrá mucho que decir y escribir, pero falta que se destapen las cañerías de todos los negocios públicos de Repsol, Iberdrola, OHL, OCEANOGRAFIA, ORO NEGRO, ETC. ETC.