DESDE LOS BALCONES
El irracionalismo en la política mexicana
El pensamiento con que el occidente hizo frente al socialismo y de lo que de éste es consecuencia, tuvo y tiene su campo generatriz y de aplicación, entre los intelectuales y las élites dirigentes de la clase en el poder, en las corrientes del irracionalismo y su rica diversidad, teniendo como centros de elaboración en las Universidades y centro de cultura y de investigación.
Son las Universidades norteamericanas, particularmente las que marchan a la cabeza y ocupan y se sirven de las mentalidades que emergen de Europa: Bzerzinsky, Kissinger, quien comandara la política internacional durante los gobiernos de Nixon, Bush, etc., este último que hiciera escuela en Latinoamérica.
De este corte es casi toda esa intelectualidad política, así como el funcionariado de los gobiernos, los que formalmente reciben títulos de maestría y doctorados varios en Harvard, Yale, dos de los centros más afamados en los medios académicos, donde las oligarquías nacionales mandan a “graduarse” a sus hijos, para después abrirse unos a otros las puertas de los cargos burocráticos y del “poder” transitorio o coyuntural que les toque.
Antes, en las décadas de los 50- 60 del siglo pasado, algunos miembros de estos grupos medios o medianamente ricos concurrieron a estudiar y a graduarse en la Sorbona, de París siempre, aún a riesgo de contaminarse con la heterodoxia liberal y de otros remanentes ideológicos más preocupantes para el conservadurismo.
Algunos jóvenes de esta misma época concurrían a Oxford, Cambridge, específicamente quienes mostraban algún interés por la economía clásica o neoclásica; también Italia, Alemania y Austria, en menor medida jalaban los espíritus, algo exóticos, de parte de estas capas medias que empezaban a ver con desconfianza a las Universidades de la mayoría de los Estados del país, con las que corrían el riesgo de contaminarse de la realidad profunda de un país con desarrollos tan desiguales, profundidad social real y política de la que nunca iban a salir como las masas estudiantiles que por todos los poros respiran y aspiran pobreza y rezagos mil.
También las universidades del país se empobrecieron al perder con el tiempo a los mejores y más rebeldes cuadros del profesorado, substituidos gradualmente por los Havardianos y la simbiosis que se hicieron en la capital de la república, que luego fundarían el ITAM, antes la Ibero, la que al transformarse y madurar, fue vista con desconfianza.
Parecido papel juegan otros centros educativos, el que más el que menos, respondiendo al conservadurismo de consumo nacional, lo mismo que el transformismo de otras instituciones de enseñanza superior, como la Universidad Autónoma Metropolitana, con diversos centros en la capital que experimenta y nutre de la misma simbiosis científica y política que permea el mundo académico nuestro.
La panorámica anterior, expuesta y superficialmente generalizada, viene a colación por la influencia que, en particular y en su conjunto, han jugado dentro de la política oficial convencional de México, sin que se nos escape el Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, puesto de moda, al igual que el ITAM, por las clases industriales y comerciales, bancarias con grandes vínculos con el mercado norteamericano. Nada permanece estático en ninguno de los Centros aquí enumerados; pero en todos se acusa el grado con que el irracionalismo se ha impuesto a través del endiosamiento tecnológico, completado con el pensamiento filosófico, político y los mismos prejuicios del deslumbrante desarrollo que México alcanzara en los distintos gobiernos, incluyen principalmente a los TECNOCRATAS.
¿Qué tanto de estos fenómenos, se observaron en la pasada CAMPAÑA ELECTORAL PRESIDENCIAL Y AUN AHORA, CON LAS CAMPAÑAS DENIGRADORAS QUE PERSIGUEN AL PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL OBRADOR?
¿Qué tanto y de qué modo permean a los medios de difusión, especialmente a la llamada gran prensa, a la televisión y la radio?
La prensa escrita copta a gran parte de la intelectualidad institucionalizada, combinándola con mentalidades empíricas, surgida del diarismo, algunos de las cuales superan con mucho a los refinamientos especulativos y abstractos de los intelectuales modernizadores que presumen y ufanan de poder cambiar el mundo.
¿Qué se manifestó en la pasada contienda presidencial? Una gran incapacidad e impericia para capotear la insurrección popular de los grupos medios que, hartos de marginalismo social y político, se sumaron al torrente popular que acompañara por todo el país a Andrés Manuel López Obrador hasta el Palacio Nacional.
¿Qué les espera a estos grupos y élites derrotadas, en las contiendas estatales que se avecinan en los diversos Estados de la República? Están deshilachados, divididos, enfrentados, limitándose a esgrimir supuestas fallas del nuevo gobierno; pero se olvidan, no quieren, rechazan o están incapacitados para desplegar una política de masas, conformándose con pequeños clientelismo que la población ya no acepta y rechaza. El asunto es profuso y complejo, pero por hoy nos quedamos con estos enunciados en la Ciudad de Querétaro y si usted lee “Plaza de Armas”, espere algo más de este incipiente análisis. ¿Qué SIGUE?