CAMBIO DE RÉGIMEN
Desde hace más de un mes que pareciera que el mundo entero ha cesado de girar sobre su propia temática para orbitar enteramente alrededor del coronavirus. Es de esperarse que la pandemia que hoy hace que un tercio del mundo se resguarde en sus hogares, sea tema primordial de la humanidad.
No obstante, su impacto también lo están sintiendo el resto de las especies; para muchas, este momento ha probado ser un necesario respiro de la constante presencia y producción humana. El declive en actividades productivas, lo que nosotros percibimos como un golpe económico, es para millones de especies alrededor del mundo, un momento de tregua. En todo el mundo, vemos imágenes de animales que regresan a reclamar las ciudades y los espacios urbanos y ante la reducción de contaminación, nuevamente se vislumbran paisajes naturales.
Aunque los expertos sí coinciden en que estas últimas semanas han disminuido los índices de contaminación y que, con el cese de actividades extractivas, por ejemplo, hay un cese en la explotación natural, no podemos pensar que estos meses serán de ninguna forma un contrapeso a décadas de abuso medioambiental.
En efecto, ambientalistas de todo el mundo advierten ante el repunte que podría darse posterior a la crisis del virus; por ende, vale considerar una nueva teoría sobre “Salud Planetaria”. La idea de que nuestro bienestar esta intrínsecamente conectado al del planeta ha sido revindicada justo ahora, dado que muchos consideran que la pandemia misma fue resultado de una serie de prácticas nocivas en el ámbito agricultor, comercial y sanitario.
Otro ejemplo es la contaminación: ésta daña nuestros ecosistemas y también nuestros sistemas respiratorios; otro ejemplo más es la destrucción de ecosistemas, junto con los cuales también perdemos calidad de aire y vida. Pensar en la cercana relación que tiene nuestra salud y la de la tierra nos permitirá plantear maneras de entender nuestra convivencia más allá de la extracción y la explotación.