EL CRISTALAZO
El mito de la evangelización civilizadora
El inmenso genocidio cometido por los portugueses, españoles y demás peninsulares ibéricos en los siglos XVI y sucesivos, con su dosis de esclavismo, demolición espiritual y explotación infinita, encontró siempre un discurso de exculpación absolutamente perfecto: la conquista de América no fue un acto de expoliación, arrasamiento cultural, implantación forzada de una fe (no; la fe) ni nada parecido: fue una obra civilizadora y evangelizadora que nos trajo a la vez el idioma y la cruz.
La lengua y la religión. ¿Y? A final de cuentas no hay pueblo alguno en toda la historia, sin esos elementos.
Todas las culturas, vivas o muertas, han tenido y tienen fe y lenguaje. No hay nada extraordinario en esas “dádivas” a cambio de las cuales América entregó recursos naturales, tierras, aguas, cielos y sangre de sus hombres. La conquista de América, especialmente de la llamada “Iberoamérica”. El llamado “Encuentro de dos mundos”, no fue sino una colisión entre el medioevo y el neolítico superior.
Pero quienes han heredado esa mitología son quienes ahora, muchos siglos después, la defienden con enjundia. No solo del lado de los colonizadores y conquistadores, sino también de quienes descienden de los conquistados, de los vencidos. Todos se creen la cantaleta redentora de la evangelización con todo y sus inquisidores, hogueras y telarañas mentales. Por eso Iberoamérica no ha producido un solo país desarrollado hasta ahora. Esa es la herencia: ignorancia y pobreza.
A fin de cuentas el mestizaje, esa imposible mezcla de sangres y culturas irreconciliables, llamada por los profetas de la cursilería cristianoide, “Raza cósmica”, fue fruto de la lujuria soldadesca cuyo furor hizo de éste, un pueblo de hijos de la “chingada” (la violada), como bien ha explicado entre otros, Octavio Paz.
Pero más allá del error llama la atención todavía la vigencia pública, en instituciones del gobierno español de ese concepto. Hace unos días se publicó esto en la sección internacional de un diario de Madrid,(y en muchos otros medios, además):
“El presidente de la Corporación RTVE, José Antonio Sánchez, afirmó en un acto celebrado el pasado jueves en la Casa de América en Madrid que la labor de España en América fue “evangelizadora y civilizadora”.
“Su discurso, lejos de celebrar el compromiso de la televisión pública con el continente tras la firma de un convenio entre RTVE y la institución cultural latinoamericana para el intercambio de contenidos, ha desatado la polémica en las redes sociales mexicanas y españolas que han mostrado su malestar por las palabras del dirigente, máximo responsable de la radiotelevisión pública.
–“Mi falta de conocimiento sobre el asunto, el exceso de trabajo que tengo y el poco tiempo que he tenido hace que la calidad de las palabras que voy a pronunciar deje mucho que desear por lo que pido perdón por las mismas”, afirmó Sánchez en el arranque del discurso, de casi una hora de duración.
“Durante su intervención, invocó varias veces el espíritu civilizador, colonizador y evangelizador de España en territorio americano, las bondades de la conquista (“iglesias, escuelas y hospitales”) frente al Imperio inglés y negó el exterminio de los indígenas por el avanzado nivel cultural de los españoles que conocían a Dante o a Petrarca, según sus palabras.
–“¿Qué se hicieron cosas malas? ¿Y quién no las hizo en una conquista?”.
Y citó a la historiadora y antropóloga australiana Inga Clendinnen (pues vaya “inga”), autora de “Los aztecas!”.
“Una interpretación: “Lamentar la desaparición del Imperio azteca es como mostrar pesar por la derrota de los nazis en la II Guerra Mundial”.
Evidentemente la televisión pública de España está en manos de un cretino cuya confesión hace innecesario analizar o debatir sus palabras. Si él mismo habla de su desconocimiento del tema, eso bastaría para dejar de lado al idiota.
Pero vale la pena reflexionar sobre este párrafo del mismo informativo:
“José Antonio Sánchez, quien fue nombrado por el Gobierno del Partido Popular (PP) ostenta su actual cargo (que ya desempeñó entre 2002 y 2004) desde octubre de 2014.
“De perfil polémico y antiguo colaborador en varios medios, los profesionales de RTVE han exigido su destitución por la “profunda degradación ética y deontológica” de los telediarios españoles”.
Por eso Sartori decía: la televisión hace imposible la capacidad de razonar. Obviamente, pero no solo de quien la ve, especialmente –como este caso prueba—de quien la hace.