La demanda diaria en la zona metropolitana, según estimaciones del IQT, es de 593 mil personas, de ahí la importancia de acatar lo dispuesto por la autoridad en la norma emitida el 20 de marzo que señala:
•Sanitizar las unidades vehiculares destinadas transporte público y especializado diariamente, con solución de cloro al 0.2%, antes de al inicio y término del servicio.
•Desinfectar las superficies de la unidad vehicular destinada para prestar el servicio de transporte público y especializado como manijas, barandales, asideras o botones con solución de cloro al 0.2%, al terminar el recorrido de la ruta en bases y contrabases.
•El operador deberá estornudar o toser utilizando pañuelos desechables o con el ángulo interno del codo, debiendo utilizar alcohol gel al 70% de manera inmediata y lavarse las manos en cuanto sea posible.
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Después de tocar dinero, tarjetas o superficies comunes como manijas, barandales, asideras o botones se deberá usar alcohol gel al 70% de manera inmediata y lavarse las manos en cuanto sea posible.
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Si se detecta un usuario con síntomas respiratorios (malestar general, dolor muscular/articular, fiebre, tos, flujo nasal, dolor de cabeza, estornudo y/o dificultad respiratoria), el operador deberá pedirle use cubrebocas y alcohol gel.
•Si el operador presenta síntomas de infecciones respiratorias como malestar en general, dolor muscular/articular, fiebre, tos, flujo nasal, dolor de cabeza, estornudo y/o dificultad respiratoria, el concesionario o permisionario deberá proveer de manera inmediata al operador de cubrebocas y remitirlo a valoración médica inmediata.
Lo cierto es que las unidades, en su mayoría, están sucias; los choferes no cumplen con el estornudo de etiqueta ni se desinfectan las manos después de recibir dinero y algunos de ellos trabajan con ligeros resfriados.
Es decir, no se cumple la norma.
SERGIO ARTURO VENEGAS RAMÍREZ