VISIÓN POLÍTICA
No es un tema nuevo, sabemos que las élites, empresarios, periodistas, famosos, la oposición está molesta y frustrada con el Gobierno actual, pues se ha terminado con las decenas de privilegios que obtenían en sexenios anteriores.
La extinción de los fideicomisos de la APF se ha convertido en un logro trascendental, pues se encontraban infestados de corrupción.
Un fideicomiso es un “instrumento financiero” utilizado para la administración de recursos públicos con la finalidad de responder a las necesidades vitales del país y fomentar el desarrollo económico del mismo. Fueron creados en 1926, cobrando gran relevancia en México.
Hace unos días, López Obrador a través de un decreto publicado en el DOF, terminó con los fideicomisos que no contaban con una estructura orgánica, lo cuáles representaban aprox. 700,000 mdp. En indicaciones del Presidente, estos recursos fortalecerán los Programas del Bienestar generando una mayor reactivación económica, apoyar el tema del petróleo debido a la caída de su valor y cumplir con la promesa de pagar la deuda del país, a fin de no aumentarla.
Recordaremos el FOBAPROA. Con la devaluación del peso en 1994, miles de personas se quedaron con deudas impagables. Muchos de los Bancos Mexicanos fueron absorbidos por la situación, y algunos otros comprados por empresas extranjeras. CITIBANAMEX, BBVA, SANTANDER y BANORTE fueron los únicos sobrevivientes al fatídico hecho económico de aquel entonces. Estas pérdidas económicas de los Bancos privados vinieron a convertirse en deuda pública, un enorme negocio para la cúpulas y élites de la sociedad mexicana, ocasionando un costo del 40% en el PIB de 1997. Por desgracia, algunos fideicomisos fueron utilizados para intereses de banqueros, políticos, empresariado y personas de mucho poder.
Otro recurso importante utilizado por parte de empresarios y políticos son las AFORES, el dinero recaudado por los trabajadores para su retiro. Estos recursos habían sido utilizados por Gobiernos Neoliberales para su ventaja, un ejemplo de esto, fueron las 5 Afores participantes en la construcción del NAIM (Inbursa, Profuturo, XXI Banorte, PensionISSSTE y Sura) en donde se invirtió en el proyecto sin mayor consentimiento de las personas. Es por esto, que en el Gobierno de López Obrador, se planteó una Ley para que las Afores puedan ser utilizadas como fondos de inversión y que ese dinero generado pueda invertirse en proyectos viables a largo plazo de una forma segura y con altos rendimientos.
Según cifras del AMAFORE, cerca del 42% de la composición actual de cuentas fueron generadas a partir de rendimientos netos, lo cual quiere decir, que a lo largo de 17 años se estima haber obtenido una utilidad de 71.23% sobre el capital. Muchas veces, las mismas empresas instan a los trabajadores a realizar aportaciones voluntarias, lo cual, para los bancos y empresarios resulta muy conveniente para sus negocios. De los 2,005.8 mil millones de pesos totales en las cuentas de las Afores, 848.3 mil millones (42.3%) corresponden a los rendimientos acumulados, por lo que solamente han obtenido 71.23% de rendimientos nominales (como se había mencionado anteriormente), esto es un rendimiento nominal promedio de sólo 4.19% anual y no de 12.69% como se afirma.
Terminar con este negocio jugoso y lucrativo para la cúpula y es fundamental para el Gobierno de la 4T y se está realizando acciones al respecto.