Sabino Medina
Aquí se ordeñan ductos, se lava dinero y éste sale a Túnez y a otros paraísos fiscales. El choque de ambiciones, es apenas el asomo con que los grandes intereses trasnacionales le abren el espacio de los rendimientos en nuestro país.
Nadie puede negar, aunque no se comprenda a cabalidad, que las fuerzas internacionales del capital se dejan sentir, cada vez con más fuerza a lo largo y a lo ancho de nuestros países en Latinoamérica,
¿Por qué sucede esto así? Porque constituimos la región mundial de capitalización mundial de los grandes centros financieros que están vigentes en el mundo de manera centralizada; por eso España se vuelca sobre México, toda vez que en Europa está en desventaja casi frente a la totalidad de la economía europea (Alemania, Francia e Inglaterra por lo menos, Italia y Austria ocupan un segundo lugar).
Lo que sucedió en Brasil, en Argentina y en Chile, para no extendernos demasiado, no representa otra cosa, que el marginamiento del fallido ensayo de internacionalizarse esas economías a expensas de un más ventajoso intercambio de estas economías latinoamericanas con economías emergentes como la de China, la India, Rusia y algunas otras naciones de Asía y Oceanía.
Pero el capitalismo es el capitalismo que no acepta fisuras ni vacíos, ni grandes ni pequeñas dentro de la fuerza tremenda de la centralización sino de la producción del valor, sí de su apropiación y de la tasa media de ganancia que deriva del precio de las materias primas y del trabajo de millones de obreros.
China posee 750 millones de trabajadores, al menos, puede poseer medios de producción mayores o menores en su composición orgánica que EU, Francia, Alemania e Inglaterra Juntas, pero lo que produce valor es el trabajo y no los medios de producción, estos se valorizan y circulan a expensas del valor trabajo.
Las pequeñas y grandes personalidades de la política nacional en cada país, cumplen cada una a su turno y en conjunto el rol de alimentar las ilusiones de sus respectivas nacientes de débiles burguesías, que se adhieren, como pueden, a las grandes trasnacionales del crédito mundial, que completa y extiende cada circuito: en nuestro caso, uno de los mayores, el de la droga, los minerales industriales y el de los enclaves inmobiliarios, por ejemplo, que jamás competirán con los mercados de tipo en Nueva York, Paris, y un sinnúmero de lunares turísticos diseminados por el mundo entero.
Por eso Repsol e Iberdrola, cuyo tamaño financiero se subsume a los diferentes enclaves trasnacionales, hacen las veces de agentes de la pequeña y mediana circulación mundial, a base de la intermediación bancaria del capital dinero que flota en los poros y en los tentáculos del portentoso Banco Mundial y Cía.
Inglaterra, por ejemplo, ha fagotizado de golpe casi mil millones de dólares, producto del petróleo de Venezuela, mientras esta nación se debate en la cesantía y en la subproducción agrícola y ganadera: una guerra no declarada contra Rusia y China, lo mismo que hacen con Ucrania y ya ni se diga los emiratos árabes, Irán y el resto de las economías petrolizadas.
¿Y qué sucede en México? Le roban el subsuelo marino, los bancos, los casi 50 mil millones de dólares de su población emigrada, que sirven al intercambio comercial y del armamentismo táctico menor, pero lo suficientemente desestabilizador para mantener la hegemonía y el control de sus fuerzas productivas subordinadas a la capitalización externa.
La lucha por el mercado de la electricidad es uno de los últimos episodios de sujeción a este estado de cosas impuesto sobre todo por España y sus pequeños y medianos asociados y aliados al rentismo de la tierra y del crédito público, que estos últimos organizaron con autonomías de gestión administrativa a diestra y siniestra en todos los niveles del Estado Méxicano maniatado por los enanos de todo color y sabor de la ultraderecha internacional, sobre todo la conspicua derecha española y sus varios disfraces seudo democráticos como El Yunque, remedo de VOX Y EL GRUPALISMO DE ASOCIACIONES Y “PARTIDOS” QUE NACEN Y DESAPARECEN UNA VEZ LLENADO SU COMETIDO EN LA CONFUSIÓN ELECTORAL AL CONTENTILLO DE ESTOS INTERESES.