Todavía no tenemos una idea clara de lo que quiere decir para ti y para mí la caída del Producto Interno Bruto (cerca de 19 por ciento comparado con el segundo trimestre del año pasado). Pero sospechamos…
Seguramente ya tuviste esa experiencia —apunta el economista Rolando Cordera (78 años)— gente tocando a la puerta para pedir lo que pedían cuando yo era chico: un taco. ¡La gente empieza a pedir para comer en la Ciudad de México!, en esta ciudad tan rica, donde hay tanto bienestar…; eso, nos llena de vergüenza”.
El profesor emérito de la UNAM y miembro del Sistema Nacional de Investigadores considera, al igual que el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, que esta crisis por la que cruzamos va a ser parecida a la de 1932, “si no es que peor”.
En la charla que sostuvimos con el doctor Cordera para El Heraldo TV, nos comentó, entre otras cosas, las estimaciones de su colega, el maestro Enrique Provencio, según las cuales —a diferencia de 2008-9, que nos tardamos como cuatro-cinco años en volver al nivel en que estábamos en 2008—, ahora es muy probable que nos tardemos 12 años en volver a como estábamos en 2018.
“Entonces, ¿nos estamos recuperando? Pues sí, si queremos llamarle así; pero entonces pongámosle un adjetivo: es una recuperación muy lenta, todavía poco consistente, que no se va a dar automáticamente como recuperación sostenida”.
—No será entonces en “V”.
— La “V” —sonríe— es “V” de utopía.
Incluso en Estados Unidos, citó, otros economistas están previendo que esa “V” se pueda convertir en su país más bien en una “W”.
Desde su punto de vista, “aquí nos ha faltado un sentido profundo de solidaridad” con los empresarios y los trabajadores, porque buena parte de las empresas no lo hicieron por su culpa, por ser avorazadas o irresponsables. Las cerraron porque nosotros, toda la sociedad, decidimos que cerraran. Supusimos que tenían ahorraditos para ellas y sus trabajadores…
“Pero ese tiempo — advirtió Cordera— ya se acabó o se está acabando, y no tomamos la elemental decisión de convertir ese costo: desempleo-falta de ingreso, en un costo de todos, de apoyarlos con cargo al futuro. Por eso ha sido la discusión un poco errática y confusa sobre el endeudamiento”.
Los términos, subraya el economista, hay que emplearlos bien: “Nadie está planteando más deuda. Estamos planteando más gasto.
Y si eso implica más deuda, le entramos”.
—El presupuesto enviado a la Cámara de Diputados es “austero”—, apuntamos.
—Según el gobierno y el propio secretario de Hacienda, yo creo que aquí sí impropiamente, según mi punto de vista, ha dicho que es un presupuesto prudente y responsable. Yo creo que en una circunstancia como la que estamos platicando, de mucha gente desocupada, y probablemente, ya hoy, mucha gente empobrecida…, los instrumentos son insuficientes. ¡Parece como si no hubiera pasado nada!
Ese es un presupuesto que supone que estamos en algún tipo de normalidad. Yo creo que es un supuesto equivocado. No hay normalidad. Y se requiere de un gran esfuerzo de la sociedad, pero obviamente del gobierno, para evitar que haya un empobrecimiento mayor y para evitar que haya una mayor quiebra de empresas.
Hay que apoyar en la medida de lo posible, subraya el economista, “sin temor a la deuda, sin temor al déficit”.
Y cierra así: No es cierto, como ha dicho el Presidente, que los europeos y los estadounidenses optaron por la vía fácil (el endeudamiento). Eso no es una vía fácil. Optaron por eso porque no pueden darse el lujo de tener millones y millones más de compatriotas desem-
pleados; tienen obligaciones, tienen una Constitución…
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GEMAS: Obsequio del gobierno de Nuevo León: “NL será uno de los estados donde se pruebe la eficacia y la seguridad de la vacuna alemana contra el COVID-19”.