ALHAJERO
Uno hubiera pensado que la propuesta de Ricardo Monreal —adelantada, platicada y acordada con los distintos grupos parlamentarios antes de iniciar el debate en el Pleno del Senado— habría de atemperar los ánimos en la tribuna. Pero no fue así.
Una nueva votación (repetir la tercera) para elegir a quien habría de encabezar la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, no fue suficiente
Cierto que no se trataba de una concesión graciosa. Ni tampoco la propuesta del zacatecano mostraba “mesura y grandeza” del grupo parlamentario de Morena.
El sentir de que se trataba esencialmente de un tema de “legalidad” —puesto sobre la mesa en primer término por el priista Jorge Carlos Ramírez Marín— fue abriéndose paso hacia el final del debate.
Lo que planteó el del tricolor fue reponer todo el procedimiento. “Voto es quórum”, tal como lo indica el artículo 102 de la Constitución, arguyó. De ahí que repetir la votación lo que hacía era meramente “legitimar lo que no es legítimo, hacer mal lo que ya habíamos hecho mal”.
El planteamiento de Ramírez Marín pareció perderse entre las furibundas descalificaciones y acusaciones que siguieron de parte de la oposición —particularmente del lado de Acción Nacional— enrareciendo el debate durante horas.
Fue tal el punto de recriminaciones que mientras los panistas acusaban a los morenos de rateros, de fraudulentos, el mismísimo Monreal terminaría soltando un “¡qué poca madre!”, al acusar a quienes manipularon el video en el que quisieron hacerle ver como si hubiera depositado dos votos en lugar de uno.
“No he visto una disculpa de quienes hicieron ese video perverso”, acusó ante el silencio de los panistas.
El caso es que en la última etapa del debate, ya cuando se discutía la propuesta de Monreal, volvió a ponerse sobre la mesa la propuesta inicial del priista, poniendo por delante el tema de la legalidad.
Damián Zepeda —uno de los senadores panistas más respetados—, inesperadamente se sumaría a lo expuesto por Ramírez Marín: “Ni dudas ni suspicacias. Legalidad es lo que buscamos. Y aquí lo que se quiere se llama simulación”, asentaría.
Quedaba claro, y así lo haría ver, que la confianza hacia el coordinador de los senadores de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, se había roto.
Así se llegó a la votación de la propuesta de Monreal. ¡Y que pierde también!
Esto llevaría al peor de los escenarios. No habría nueva votación. Se daría por buena la del jueves, la que discutiblemente dio la mayoría calificada a Rosario Piedra Ibarra
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GEMAS: Obsequio del ministro de Defensa de Bolivia, Javier Zavaleta, en su carta de renuncia: “Señor Carlos Mesa, señor Fernando Camacho, un asunto político no se resuelve aumentando el calibre de la represión, las balas no son la respuesta ni la solución a un problema. La política son las ideas contra las ideas y no el zumbar de las balas. Dios guarde a Bolivia”.