ALHAJERO
El gurú de Andrés Manuel
Apoyos, apoyos y más apoyos….
Así, pregonando la implementación de los Programas Integrales del Bienestar, Andrés Manuel López Obrador celebra sus primeros cien días de Gobierno.
—No crean que esto es teoría o que lo enseñan en las universidades del extranjero, no tiene nada que ver con la academia, esto es lo que la misma gente me recomienda., refiere ante las multitudes que le siguen.
—¿Saben qué me dicen? —comenta el tabasqueño en los mítines— No entregue el dinero a través del gobierno, entrégueselo directo al pueblo… ¡Y eso es lo que vamos a hacer!
Los asistentes —su gente, su pueblo—, celebra.
—No más robos, no más moches, no más piquetes de ojos —, promete el Presidente de la República.
Les explica entonces que un pequeño “banquito” llamado Bansefi, se va a convertir en un bancote —va a ser el Banco del Bienestar- hará el milagro de llegar hasta los pueblos más apartados para que puedan recoger su dinero.
Algunos no tienen muy claro cómo va a ocurrir eso, pero le creen. Ven en López Obrador a su protector.
La Cuarta Transformación avanza así, aparentemente sin teoría política detrás de las acciones. Sólo intuición, sabiduría del pueblo, a decir de AMLO.
Pero lo cierto es que detrás de estas acciones hay un personaje cuyo nombre poco aparece en los medios: el de Gabriel García Hernández, el súper-súper delegado.
Y detrás del economista y ex secretario general de Morena —“un nerd de origen humilde”, según lo describen quienes le conocen—, está un teórico político argentino, post marxista: Ernesto Laclau.
Este personaje, autor del libro “Hegemonía y Estrategia Socialista”, es el inspirador de García Hernández y de la idea de echar a andar toda la serie de proyectos sociales que ha echado a andar Andrés Manuel.
La idea de Laclau, según la revista Anfibia de la universidad de San Martin, considera que para ser exitoso, todo proyecto de cambio político debe triunfar en dos terrenos: el de la autonomía y el de la hegemonía.
O sea, en la horizontalidad de las movilizaciones sociales y en la verticalidad de una transformación del Estado. Ahí, según el investigador, estaba la base de una democracia radical duradera.
El tema es farragoso y complejo. Sus críticos, como Jesús Silva Herzog (Letras libres/La razón populista, de Ernesto Laclau) consideran que “el postmarxismo (planteado por el argentino) resulta a fin de cuentas neoschmittismo. Antiliberalismo con traje folclórico”.
La intención es apuntar y llamar la atención hacia el proyecto de López Obrador encaminado por su gurú, Gabriel García Hernández, el súper delegado.
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GEMAS: Obsequio de Andrés Manuel López Obrador: “Que nadie se atreva a usar mi nombre para decir que tiene mi apoyo, yo nada más tengo un amo, que se escuche bien y que se escuche lejos, mi único amo es el pueblo de México”.