ALHAJERO
Priistas sospechan de Peña
Corren distintas versiones entre los priistas a propósito de la respuesta de Enrique Peña Nieto a Donald Trump. Versiones que derivan de dos y hasta tres “lecturas” distintas al mensaje presidencial.
Los del ala dura del PRI ven un arreglo del Presidente de la República con los candidatos de oposición Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador. O al menos, con alguno de los dos.
Unos dicen que ya se cerró; otros, que estaría en ciernes; y algunos más que, al menos, su posibilidad ya se explora. Pero no les cabe duda que hay “indicios” de ello en el actuar de Los Pinos.
Los que consideran que se percibe ya una negociación con Anaya, apuntan a varias “señales” hacia ese rumbo:
1.-Un cambio de estrategia del Gobierno para con el candidato presidencial del Frente PAN-PRD-MC: Cesó de pronto la persecución contra el panista. Dejaron de aparecer “pruebas” contra el queretano y amainaron notoriamente las declaraciones vociferantes contra la figura de Anaya.
Actitud, por cierto, a la que Ricardo Anaya ha correspondido bajándole también de tono a los ataques furibundos que había emprendido contra Peña Nieto, al punto de anticipar prácticamente que lo llevaría a la cárcel.
¿Qué ven los priistas duros en este giro (de Los Pinos)? Una negociación atrás. Mencionan incluso el nombre de Diego Fernández de Cevallos detrás del que ven como un “acuerdo conciliatorio”
2.-El “extraño” arreglo que hubo de haber en Acción Nacional para que Santiago Creel aceptara la incorporación de Jorge Castañeda, nada menos que como “estratega” de la campaña de Anaya.
Los priistas que incorporan este hecho en su análisis, ven detrás de ese arreglo que parecía imposible –Creel y Castañeda se detestaban- la mano de “algunos empresarios importantes”. La intención, afirman, es apoyar al candidato del Frente para que enfrente a López Obrador.
Para los del ala dura, pues, hay ya una negociación entre el equipo presidencial, el equipo del candidato del Frente y un grupo de empresarios, para apoyar a Anaya. Desde su perspectiva, el “banderazo” para avanzar en ese sentido –amarrados ya los acuerdos- fue dado por el propio Peña Nieto en su respuesta a Trump, al hacer mención, con nombre y apellido, de los candidatos presidenciales.
Para ellos esto significó, abierta y públicamente, el “perdón” para Anaya.
Otro priistas creen, en cambio, que Peña estaría contemplando llegar a un acuerdo con López Obrador. De por sí el tabasqueño le ha hecho muchos guiños públicos en ese sentido y, hasta donde sabemos, ha enviado también emisarios con el mensaje.
Los priista que se inclinan por esta hipótesis ofrecen un argumento único: A Peña Nieto no le queda de otra (dan por seguro el triunfo de Andrés Manuel).
En el equipo de José Antonio Meade rechazan cualquiera de estas posibilidades. “¡Imposible!”, descartan tajantemente, cuando les mencionamos la posibilidad de que Peña Nieto pudiera negociar con alguno de sus adversarios. O con ambos.
Comprensible la respuesta en los cercanos al candidato del PRI. Pero en su mirada también anida la sospecha.
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GEMAS: Obsequio de José Antonio Meade: “Ni recetas mágicas ni populistas iluminados. Trabajo, esfuerzo y propuestas claras son el futuro #YoMero.”