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Hace más de 20 años, cuando muchos de nosotros éramos niños o muy jóvenes, se estrenó Toy Story, la película que cambiaría para siempre la manara de hacer y entender la animación. Y aunque todos nosotros sabíamos que la idea de que los juguetes cobrarán vida era imposible, teníamos la esperanza de que fuera cierto, e inclusive les poníamos “trampitas” o les susurrábamos al oído que si decidían contarnos su “secreto”, nosotros lo guardaríamos.
Casi por sorpresa llegó Toy Story 4, pues todos pensábamos que la saga terminaría en la tercera entrega cuando Andy entrega a Woody y compañía a una pequeña Bonnie, y con ello su historia estaba cerrada. Un final tan perfecto que le arrancó lágrimas a más de uno, pero que al final no fue el final. Una nueva historia aguardaba.
Fin de ciclo
Previo a su estreno, Pixar ya nos alertaba que esta sí sería la conclusión de la historia de estos juguetes con vida, pues anunciaron que ya no se dedicarían a hacer secuelas, sino presentar productos e historias nuevas. Claro que ello tenía una gran carga de responsabilidad, tenían que dar un gran cierre a la que es –y seguramente será por siempre- su más grande logro; lo hace.
Esta nueva aventura dirigida por Josh Cooley inicia como debe ser, al ritmo de “Yo soy tu amigo fiel”, uno de los soundtracks más maravillosos que el cine de animación nos pudo haber regalado y que es prácticamente imposible no conocer al menos uno de sus versos.
Woody ya no es el favorito, ahora ese título lo tiene un curioso personaje llamado “Forky”, que no es más que un tenedor-cuchara con manos, brazos y rostro, pero cuya tarea es más importante que la de cualquier juguete. Nuestro fiel vaquero tendrá que enfrentarse ahora a lo que es cerrar ciclos, aceptar los nuevos tiempos y pasar a lo siguiente; más de uno seguro se sentirá identificado (mejor lleven un pañuelo). Ya no seguiré escribiendo sobre la historia para no arruinársela a quienes no la han visto.
Una belleza visual
Decir Pixar es sinónimo de calidad. Parece imposible que la compañía propiedad de Disney nos regale un mal producto, y por el contrario, siempre se las ingenia para sorprendernos. Uno de los campos en donde más avanza es en lo visual, y Toy Story 4 no es la excepción. Si bien, la historia debe ser el centro de la atención, les pido que se tomen también el tiempo de admirar los paisajes y personajes a detalle, desde su ropa o el plástico nos regala una delicadeza digna de la vida real que solo podemos aplaudirle a los cientos de involucrados en el proyecto.
El nivel de detalle de todas las locaciones es maravillosa, sin embargo hay una que se lleva todos los reflectores: La tienda de antigüedades. En este local, donde se desarrolla parte importante del filme, podemos encontrar cientos y miles de diferentes objetos cuidados tan perfectamente que necesitaríamos ver sus escenas más de una ocasión para encontrar todos los secretos que esconde. Aunque no te centraras en la historia, seguirías disfrutando de Toy Story 4.
Toy Story 4 es todo lo que una película para toda la familia debe ser: Una historia tan sencilla que entretenga y divierta a los más pequeños, pero con matices tan profundos que conmuevan a los adultos. No se pierdan el cierre de la saga de animación por computadora más grande de la historia.
Paréntesis cultural
Siempre sí llegó a México la versión de Avengers: Endgame en su versión “extendida”, aunque de manera limitada. Y digo extendida entre comillas, pues apenas se le agregó seis minutos de metraje al filme, lo suficiente para que, por fin, supere a Avatar como la película más taquillera de la historia, lo cual podría pasar en estos días. Hasta este momento en que acabo de escribir (sábado 29 de junio), las separaban 37 millones de dólares.