A los hermanos presbíteros y diáconos,
a los miembros de la vida consagrada, de modo especial a la vida contemplativa,
a los miembros de la Adoración Nocturna Mexicana y de la Cofradía del Santísimo Sacramento,
a los todos los fieles laicos:
«Misericordia, Señor, hemos pecado» (Sal 50).
*1.* Querido hijos, con mucha preocupación y profunda tristeza tengo el deber de comunicar y denunciar públicamente que, en la madrugada de este sábado 14 de abril de 2018, en la Comunidad de Tlacote el Bajo, Qro., fue profanado con fines sacrílegos el Templo Parroquial de la Parroquia de San Rafael Guizar y Valencia. Abrieron violentamente el Sagrario y robaron el relicario que contenía el Santísimo Sacramento para la adoración Eucarística; se robaron la llave del Sagrario, el divino rostro de la Santa Cruz de los milagros, destruyeron el relicario que contenía la reliquia San Rafael Guizar y Valencia, se robaron dos custodias para la exposición el Santísimo Sacramento. Además de otros objetos sagrados y de las alcancías del Templo. Por desgracia este tipo de conductas reproblables se están haciendo más frecuentes en nuestra Diócesis, esto es un reflejo de una sociedad cada vez más secularizada y de la profunda descomposición del orden social en nuestro país.
*2.* Se trata de actos sacrílegos contra el mayor tesoro que tenemos los católicos: La Santísima Eucaristía. Este nuevo acto lastima nuestra sensibilidad religiosa; por ello, como su pastor diocesano pido a todos los sacerdotes que en cada una de las parroquias, templos y oratorios, se realicen actos de desagravio y reparación, ya sea con la celebración de la Eucaristía o con la exposición prolongada del Santísimo Sacramento con turnos de adoración por parte de los fieles (cf. Ritual de la Adoración Nocturna Mexicana, p. 145-151).
*3.* Este lamentable y reproblable hecho sea una oportunidad para reflexionar sobre el invaluable don de la presencia del Señor Jesús en las especies eucarísticas. Jesucristo, nuestro Señor, a pesar de todos los riesgos y peligros, mantiene hoy su voluntad de permanecer entre nosotros; para dar rumbo y esperanza a su Iglesia. No olvidemos que Dios es quien dirige la historia y estoy seguro que detrás de estos acontecimientos se esconde una llamada a la conversión a cada uno de nosotros. Hagamos de este agravio una oportunidad de desagravio. Que esta ofensa sea ocasión para suscitar y manifestar nuestro amor hacia Jesucristo, y para renovar nuestra fe y devoción a la Sagrada Eucaristía fuente y cumbre de la vida cristiana.
*4.* Pidamos al Señor Jesús el arrepentimiento y la conversión de quienes sin temor de Dios, se atreven a realizar este tipo de acciones tan tristes y tan dolorosas.
*5.* A los responsables de velar por la seguridad y cuidado del Sagrario en la iglesias, templos y oratorios les pido, redoblar su esfuerzo por el cuidado y vigilancia del Santísimo Sacramento, teniendo en cuenta lo que dispone el c. 938 del Código de Derecho Canónico, con el fin de evitar actos tan deplorables como este.
Fraternalmente en Cristo y María.
Dado en la Ciudad episcopal de Santiago de Querétaro, Qro., a 14 de abril del año del Señor 2018.
+ Faustino Armendáriz
Jiménez
Obispo de Querétaro
POR: FAUSTINO ARMENDÁRIZ