Cuando Germán Dehesa, ¡caray! como lo extraño, quería manifestar lo complicado de una tarea, decía: “Eso es tan difícil como quitarle la virginidad a una queretana”. Cuando los académicos describen un proyecto muy peliagudo recurren a la mitología y sostienen: “Eso es tan imposible como limpiar los establos del Rey Augías”, que estaban repletos de estiércol. Bueno, pues la iniciativa del Presidente de hacer una consulta popular para juzgar a los ex presidentes, es igualmente de difícil que los ejemplos anteriores. Antes de ponerme a trabajar en el éxito de la consulta, personalmente me inclinaría mejor a limpiar las porquerizas del rancho del Señor Gobernador. Además le haría menos daño al país ¿Por qué la consulta ofrece tal grado de incongruencia y dificultad?
Todos los especialistas en derecho constitucional lo han dicho, y en todos los tonos, la consulta es una aberración jurídica, se lo tendrían que grabar en la frente del Ejecutivo con buril de fuego: la aplicación de la Constitución, que se comprometió acatar, no requiere someterse a consulta popular o a encuestas. Coloquémonos en la situación del absurdo, la gente le hace caso al Presidente, que ha dicho que votará para que no se juzgue a los ex presidentes, y gana el no. Las autoridades y el ministerio público, aunque hayan descubierto todas las violaciones a la Constitución ¿Ya no podrán iniciar ningún proceso penal? Sigamos en la línea del absurdo. Si la oposición, realiza un milagro y hace otra encuesta sobre si se debe juzgar a su hermano Pío sobre la recaudación de fondos ilegales pero, como los votantes que quieren tanto al Presidente, pues todavía tiene un amplio grado de aceptación, votan por el no. Ministerio público y jueces ¿Deberán olvidarse de sus responsabilidades y ser piadosos con Pío? En un Estado de Derecho todo esto es tan grotesco como demencial.
Si la iniciativa la presentan los legisladores se necesitaría el 33% de los integrantes de cualquier Cámara. Esto significa 164 de los quinientos diputados, para la Cámara de senadores se requieren 43. El Presidente López Obrador ha invitado a la ciudadanía a que presente la iniciativa de la consulta. En ese caso se requerirían el 2% de los 89 millones 920 mil ciudadanos inscritos en la Lista Nominal de Electores; es decir, un millón, 798 mil firmas, Con un pequeño problema de tiempo, las firmas tienen que entregarse antes del 15 de septiembre del año previo a la realización de la Consulta, en prácticamente dos semanas.
Los simpatizantes y los mártires, perdón, los militantes, de la 4T, vivirán jornadas intensísimas. Tienen que salir a la calle, y en plena pandemia, acercándoseles a los ciudadanos, por favor al menos lleven tapa bocas, buscando firmas y vendiendo boletos para la rifa del avión sin avión. La insensatez del Presidente no tiene límites, deberá tener preparada la iniciativa para que pongan la bandera a media asta en honor a los héroes anónimos, caídos promoviendo la consulta y la rifa. Pido por adelantado justicia para ellos.