ANTORCHA CAMPESINA
Apoyados en las reformas a las constituciones de los Estados, son muy escasos los alcaldes que realizan ceremonias para informarle a la población cómo recibieron de sus antecesores la hacienda municipal y lo que han realizado durante el período administrado, en los principales rubros como, transparencia, generación de empleos, inversión en programas para el combate a la pobreza, en seguridad pública, educación, construcción de obras de infraestructura social, servicios públicos, alumbrados, etcétera, prefieren entregar, o enviar sus informes a los respectivos congresos locales para evadir su responsabilidad y evitar que la ciudadanía conozca con exactitud y detalle, de lo que informan.
Un claro ejemplo de esta maniobra es que los presidentes municipales panistas han hecho suyo el programa creado por Francisco Domínguez, llamado “Gobernador en tu Calle” con el arguento de “modernizar el formato” para evitar presentar sus informes en ceremonias oficiales y hacerlo en las colonias y comunidades, pretendiendo con ello aparecer “cercanos a la gente”, es decir, “dejarse a querer” para mantenerse en su ánimo de los electores y en el fondo, evitar calculadamente, los reclamos de los ciudadanos por no cumplir sus promesas de campañas y su responsabilidad como servidores públicos.
Pero, ¿cómo evitar los reclamos de la población si siempre que solicitan cualquier obra por pequeña que sea, la respuesta es que no hay recursos porque lo recaudado por los impuestos de la ciudadanía son pocos, porque el dinero que mensualmente les ministra el gobierno estatal no alcanza para resolver sus necesidades, y ahora, porque los recursos y apoyos de los programas federales, los ha eliminado el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, entre muchos otros argumentos, que para esos son finos?
Tan tristes y lastimosas son las historias de los pobrecitos alcaldes sobre el estado financiero de sus ayuntamientos, que en más de uno pareciera que la intención es que el pueblo en lugar de pedir solución a sus necesidades, conmovido, les dé alguna cooperación. Pero ¿las señoras y señores alcaldes desconocían la problemática a la que se enfrentarían al asumir el cargo? ¿Fueron éstos víctimas del engaño de los ciudadanos desalmados? Yo supongo que no, pues varios de ellos pelearon como canes, reelegirse en el cargo y ya se preparan para competir por otro de mayor responsabilidad.
A pocos días de cumplir su primer año de gobierno, o cuarto, para los que se reeligieron, es muy difícil localizar las obras que han realizado. Pero eso sí, sobran comentarios negativos de la gente en relación a su actuación y sus negocios, y a pesar del respeto a sus investiduras y de las presiones en algunos casos veladas amenazas que de varias maneras ejercen sobre ellos, no descartan la posibilidad de echarlos de sus comunidades y colonias si estos se presentan para intentar “congraciarse” con ellos, a partir del 1 de septiembre, particularmente en los caso de León Enrique Bolaño, de Cadereyta; Roberto Sosa, de Corregidora, y Guillermo Vega, de San Juan del Río.
Se dice, por ejemplo, que en lugar de obras que mejoren sus condiciones de vida, como agua, drenaje, energía eléctrica o pavimento, repartirán “apoyitos” de despensas, tinacos y calentadores solares, para hacer sentir el “afecto personal” de los alcaldes a los beneficiarios. Pero también que por “moches” concesionan muchos miles de luminarias de alumbrado público y hasta patrullas de las policías municipales. Que “para ahorrar”, no les dan mantenimiento a las plantas de tratamiento y las aguas negras acaban contaminando los ríos, que es común otorgar de cambios de uso de suelo a desarrolladores, y otras lindezas más, como “desatender” el combate al huachicol. ¿Informarán esto por escrito los señores alcaldes?
No se de cierto que todo sea así. Pero que es verdad que las necesidades más elementales de la gente humilde no les importa en lo más mínimo y que actúan como pequeños reyezuelos y tiranos con el pueblo que les dio su confianza, al recibirlos con las puertas cerradas y policía, como si fueran delincuentes, me consta, y por ese sólo hecho merecen el repudio y que les nieguen la oportunidad de ocupar otro puesto de representación popular. Como acostumbra decir el filósofo de Tabasco, veremos qué decide el pueblo sabio!