ANTORCHA CAMPESINA
El pueblo debe elegir al menos malo
Los mexicanos estamos en un periodo muy importante ya que en julio de este año vamos a elegir entre otros puestos de elección popular: presidentes municipales, diputados, senadores, presidente de la república, etcétera. El voto universal, directo y secreto es un arma política, una conquista política del pueblo a través de la cual se puede conseguir un cambio profundo de la situación del país. El derecho a votar no es un regalo ni la concesión graciosa de nadie, es una conquista que ha tardado decenas de años y sufrimientos que incluso, ha costado sangre al pueblo de México para tener el derecho de elegir libremente a sus gobernantes.
Pero como toda arma hay que saber usarla. El voto es un arma en defensa del pueblo que debe aprender a usarla para su liberación, no en favor de arribistas y trapecistas del poder político. Es un verdadero crimen que al pueblo se le manipule para que venda su voto por una gorra, una cubeta de plástico, una playera o por 500 pesos que se los comen y quedan igual. Eso evidentemente, le pasa al pueblo de México porque su despolitización es grande y no sabe qué hacer con su voto, cómo usarlo en su favor para lograr los cambios que el país necesita.
Antorcha invita al pueblo a que no venda su voto, a que no le den su voto a quien les haga regalos, porque les está cambiando como hicieron los conquistadores españoles a los aztecas, que les dieron cuentas de colores de vidrio a cambio de oro. Para usar correctamente el voto en favor de la gente es necesario que este sepa qué quiere, qué es lo que el país necesita, hacia dónde tiene que caminar para elegir entre la oferta que hay, a aquel que más se acerque a lo que necesita. Pero, ¿cuál es la opción? ¿Abstenernos? No. El abstencionismo le facilita el camino a los menos comprometidos con el pueblo.
Aunque tiene que elegir entre los candidatos que hay, debe votar por el menos malo para conquistar siquiera el derecho de exigirle mañana que resuelva sus problemas. Tiene que ganarse el derecho de reclamar al ganador que resuelva las demandas del pueblo y ese derecho lo debe ganar votando por alguien; si nos abstenemos desperdiciamos el voto que no le sirve ni al político ni a los electores.
Antorcha no es partidaria de la abstención. Llama al electorado a reflexionar y a votar por el candidato que haga las mejores propuestas y compromisos con él. Es posible, como ha sucedido, que se comprometa y ya en el poder no quiera cumplir, pero estando organizado les será dificil engañarlo. Hoy sólo para eso alcanza la fuerza del voto y la única opción que tienen los mexicanos es votar por el menos malo y comprometerlo para que llegado el momento si no cumple el compromiso, salga a la calle con la fuerza suficiente para exigir que cumpla lo prometido.
¿De de qué sirve el poder del voto si cada quien vota por su lado? Así el voto no sirve, no pesa ni tiene fuerza. No faltan quienes dicen que es voto corporativo y que se limita el derecho a votar libremente. Pero, ¿deja de ser corporativo si lo dice la televisión, la radio, los periódicos o las redes? El voto es libre cuando el que vota sabe por qué y por quién votar, cuando vota para tener en sus pueblos o colonias, agua, luz, drenaje, vivienda, trabajo, etcétera. El voto será libre si votamos por aquel que ofrezca lo que necesitan los mexicanos para bien de sus familias. Los mexicanos deben ir unidos a las urnas, con la meta de hacer ganar al que decidan por menos malo de los candidatos.
Quienes viven del modelo económico corrupto, lo que les conviene es que el pueblo vote de manera dispersa, que cada quien vote por quien se le pegue la gana porque así el voto del pueblo no cuenta o cuenta muy poco. Antorcha considera que eso es desperdiciar el voto y dejar que los manipulen, por eso vamos a votar todos como un solo hombre y como un solo ideal por el candidato que el antorchismo decida, por el que se comprometa con las causas de la gente. La tarea es no quedarse en su casa el día de las alecciones, pues no hacerlo nos debilita como movimiento. Antorcha no tiene dueño ni compromiso con nadie que nos sea el antorchismo nacional organizado.