MITOS Y MENTADAS
Polarización galopante
Existen peligros importantes derivados de la polarización galopante en el mundo. El Informe de Riesgos Globales 2017, del Foro Económico Mundial, afirma que “(…) tendencias como la creciente desigualdad económica y la polarización social motivaron los cambios políticos en 2016, y podrían agravar los riesgos globales en 2017 si no se toman medidas urgentes”.
Recientemente la Revista Scientific American publicó un artículo que llamó la “Híper-polarización en América”. En ella se expone la posición de diversos estudios que revelan que la polarización en Estados Unidos no es reciente, sin embargo, el contexto electoral y político actual, ha servido de escenario para exacerbarla en forma nunca antes vista. De hecho, varios politólogos norteamericanos, alegan que el país está dividido en dos países cada vez menos propensos a entenderse. En su libro “Afecto, no ideología”, Shanto Iyengar, Guarav Sood y Yphtach Lelkes, muestran que en las últimas décadas se ha visto un dramático crecimiento en la diferencia entre lo que los estadounidenses sienten por su propio partido y por el otro; y lo más grave, según argumentan Alan Abramowitz y Steven Webster, un acentuado incremento en la profundidad del pensamiento negativo que un lado siente respecto al otro.
Si comparamos Fox News y The New York Post versus CNN, The Washington Post y The New York Times, parecería que estamos en dos países diferentes.
La reciente campaña electoral y la llegada de Trump a la Casa Blanca, ha puesto de manifiesto en la sociedad norteamericana una híper-polarización.
Así lo demuestran las encuestas de la firma Cid Gallup, que lleva un monitoreo semanal sobre el nivel de aceptación de Trump. En esta podemos observar lo que está sucediendo en los Estados Unidos. Según la encuesta al 22 de mayo de 2017, el nivel de aceptación de Trump era de un 38%; sin embargo, la gráfica es radical al mostrar un 84% de republicanos que consideran que Trump está haciendo bien su trabajo, un 35% de los independientes y únicamente un 8% de los
demócratas.
Las expresiones de la profundidad del clivaje político es el pan de cada día de los medios de comunicación. Por un lado, los demócratas argumentan que hubo colusión de la campaña de Trump con los rusos; y por el otro los republicanos dicen que hubo fraude electoral y conspiración mediática. Lo más probable es que ninguna se pueda probar, sin embargo, este golpeteo constante y creciente, sin elementos probatorios contundentes, está generando cada día una mayor polarización. Habrá que considerar el concepto de “estupidez”, que menciona el investigador italiano-americano Carlo M. Cipolla, quien lo define como: “ un cúmulo de actos irracionales abundantes que causan problemas para todos y beneficios para nadie”.
Si no se corrige esta situación, veremos cada vez más a Estados Unidos como un país paralizado y polarizado. Esto no le conviene a nadie. ¿Permitirán los ánimos que retomemos las conversaciones del desarrollo, la innovación, los avances tecnológicos, el medio ambiente, la pobreza o serán ahogados nuestros cerebros en esta lucha de posiciones? ¿Qué pasaría si se pudiera destituir a Trump? El vicepresidente Pence, que lo relevaría, a diferencia de Trump, es dogmático. ¿Sería más fácil para un presidente dogmático unir a los norteamericanos, o los separaría aún más? A propósito, ¿Solo en Estados Unidos vemos acciones polarizantes y estúpidas?