El daño económico de la corrupción en México podría alcanzar entre 5.0 y 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El director del Centro de la OCDE en México para América Latina, Roberto Martínez Yllescas, dijo que a nivel mundial el costo para la economía es “impresionante”, pues solo por el fenómeno de soborno es de cerca de 2.0 por ciento de PIB.
Durante la XLVI Convención del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), comparó que en el caso de México el impacto económico atribuible a la corrupción es de entre 5 y 10 por ciento del PIB.
“Esto es de verdad alarmante porque son recursos que se pierden y no van a las áreas de interés público e inversión pública para el bienestar y el desarrollo”, añadió al dictar la conferencia magistral La Corrupción, Obstáculo para la Competitividad en México.
La OCDE ha calculado, dijo, que un punto de mejora en el índice de Integridad de países llevaría a u un incremento de entre 0.59 y 0.86 en la tasa de crecimiento del PIB per cápita, lo que muestra que combatir la corrupción es muy significativo y amerita el esfuerzo del sector público y privado.
En entrevista durante la también llamada IMEF Business Summit Guadalajara, expuso que la OCDE está en la mejor disposición de trabajar con el nuevo gobierno del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, brindado apoyo técnico en los proyectos de infraestructura a desarrollar, como el ahora aeropuerto en Santa Lucía.
Martínez Yllescas comentó que tras la cancelación del proyecto del aeropuerto en Texcoco sobre el cual la OCDE elaboró cuatro informes en los cuales ayudó al diseño de los procesos licitatorios con base en prácticas internacionales, el organismo estima que sus recomendaciones se pueden aplicar al nuevo aeropuerto.
Resaltó que la OCDE ha tenido un diálogo abierto y estimulante con el equipo del presidente electo y una vez que la nueva administración entre en funciones, a partir del 1 de diciembre próximo, está en la mejor disposición de brindar su apoyo en el manejo estratégico del megaproyecto de infraestructura.
Así, además del nuevo aeropuerto a construirse en Santa Lucía, la OCDE quiere brindar su apoyo técnico a los “ambiciosos” proyectos del siguiente gobierno, como los trenes Maya y Transístmico, los cuales “podrán beneficiarse del saber internacional acumulado del organismo internacional.
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