ZÓCALO
Ausencia de justicia
El feminicidio es otra de las epidemias que el Estado mexicano prefiere afrontar con retórica más que con acciones, a juzgar por el incremento de la estadística y la impunidad que reproduce el asesinato de mujeres. En el nuevo número del catorcenario Espacio 4, el periodista Édgar London aborda el tema:
“El fenómeno de los feminicidios en México va en aumento. A partir de datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), durante la última década han sido asesinadas 22 mil 482 mujeres en el país. Esta cifra, además, no se distribuye de manera uniforme. La cantidad de casos aumenta a medida que nos acercamos a la fecha actual. Mientras que las carpetas de investigación por homicidios violentos que iniciaron los ministerios públicos de las fiscalías y procuradurías estatales en 2007 sumaban mil 083, para el año 2016 alcanzaron las 2 mil 735, lo cual equivale a un incremento de 152 por ciento.
“Otra fuente, la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016, advierte que en México aproximadamente siete de cada 10 mujeres han sufrido violencia, la mayoría de tipo emocional y sexual.
“El imaginario colectivo apunta hacia la falta de educación y una exacerbación de la cultura machista mexicana cuando de mencionar causas se trata. Y puede que la sociedad no se equivoque del todo en este sentido, sin embargo, al tratar el asunto desde una perspectiva inmediata, son otros los factores que permiten que la violencia en contra de las mujeres se convierta en el pan nuestro de cada día a lo largo y ancho del territorio nacional.
“Para empezar, están la ausencia de justicia, la no tipificación por causales de género –la mayoría de los asesinatos quedan relegados a delitos comunes a pesar de que en 2012 se incluyó en el Código Penal el delito de feminicidio–, la corrupción, la impunidad y la apatía inherente a las diferentes instancias de Gobierno para tomar carta directa en el tema.
“Basta echarles un vistazo a los datos aportados por el Inegi. En promedio, en México, se reportaron a diario cinco muertes violentas de mujeres entre 2000 y 2015 para un total de 28 mil 710. Es inaceptable que del 94% de esos casos no se recopilaran datos suficientes para determinar si estaban o no frente a un feminicidio. Todavía más increíble si se tiene en cuenta que los métodos más comunes para asesinar a esas mujeres fueron mutilación, asfixia, degolladura, quemaduras, apuñalamiento o impactos de bala.
“Hoy persisten las lagunas legales en los sistemas judiciales a partir de la implantación de protocolos inadecuados al momento de proteger las escenas de los crímenes o el desarrollo de investigaciones ministeriales erróneas que derivan en la promulgación de penas menores y que, por consiguiente, trae aparejado que muy pocos feminicidas pisen la cárcel.
“Karla Micheel Salas Ramírez, abogada y directora de la asociación civil Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, va mucho más allá. A partir de estudios elaborados por ella misma en torno a la violencia feminicida, Salas Ramírez afirma que el Gobierno federal mantiene una negación ante la violencia de género, la cual conlleva a no reconocer la gravedad de los feminicidios en México. “Esta negación que tiene la autoridad no permite generar una política criminal”, asegura. No de balde, Amnistía Internacional advierte que la inacción del Estado mexicano ante los abusos contra las mujeres lo hace cómplice de los mismos”.