ENCUENTRO CIUDADANO
La comunicación social
Desde el triunfo del grupo Sonora en la Revolución, el aparato de estado estuvo al servicio de la clase política allegada al poder. Desde el centro se mostraba lo que podían hacer en sus feudos los gobernadores. Cien años después, hay cosas que no han cambiado mucho. En materia de comunicación e información el estado tomo el control, y de los cañonazos de a 50 mil pesos, se pasó con la prensa a una burda compra de voluntades y de notas. La madurez del régimen le llevo a crear en 1936 la Dirección de Publicidad y Propaganda, integrante de la Secretaría de Gobernación, desde entonces las oficinas de comunicación social (OCS), hacen su aparición, allegadas al espacio del control político.
El aparato gubernamental mexicano se vio y se ha obligado a crear instituciones que le ayuden a mantener y acrecentar su legitimidad ante la sociedad; de manera continua buscaba mantener la lealtad de las masas, exaltando logros gubernamentales en materia de obra y servicios públicos. Las oficinas de comunicación social con su estructura y funcionamiento actual, eran un espacio importante para el logro de esa función. Sin embargo, las necesidades de los actores sociales ven hacia otro lugar; demandan un nuevo tipo de instituciones gubernamentales que cumplan, sus funciones de manera transparente y apegada a la ley. Que sean auténticas fuentes que faciliten el acceso a la información que genera la actividad gubernamental. Esa al parecer será la labor de Jesús Ramírez Cuevas, próximo director de Comunicación Social y vocero de Andrés Manuel López Obrador, lo que cambiará paradigmas en la relación gobierno-medios-periodistas. La única oficina de prensa oficial será la suya, en Palacio Nacional. Hace un par de días en el foro Hacia una agenda legislativa en materia de comunicación pública (24/09/18), Ramírez Cuevas señaló que “el próximo gobierno abrirá sus puertas, sus oídos y sus ojos a los ciudadanos. No más comunicaciones de propaganda tradicional. El modelo de comunicación del gobierno actual ha fracasado, por lo que buscará una nueva política que acabe con los excesos en esa área. Tenemos que ir a un modelo que racionalice la publicidad gubernamental”. En esta importante materia, el gobierno federal será el espejo dónde deberán verse los gobiernos estatales.
Lo anterior es a colación de las vicisitudes en materia de publicidad oficial, trato igualitario a medios, libertad de expresión y labor de los medios de comunicación, que revelan una situación anómica en nuestro estado. En Querétaro se ha creado una atmósfera mediática enfocada a destacar sólo el discurso oficial del Gobierno estatal y sus satélites municipales.
Basta acercarse un poco a los encabezados, notas periodísticas, noticieros radiofónicos, revistas, comentarios, etc., (salvo sus honrosas excepciones) para confirmar que esta visión homogénea privilegia el discurso oficial, todos publican lo mismo y como señala el maestro Gabriel Corral “el gobierno busca una prensa cómoda, ya que la clase política y económica es cada vez más intolerante a la crítica o a alguien que tenga una posición divergente a la postura o a las noticias que aparecen de manera cotidiana en la prensa local”. Además, la falta de transparencia y el interés de mantener ocultos los montos destinados a la publicidad oficial, muestran el control que se ejerce sobre los medios, incidiendo en la línea editorial de periodistas y medios de comunicación. Resalta el incumplimiento a diversas solicitudes de acceso a la información dirigida al área de Comunicación Social del Poder Ejecutivo, lo que agrava la percepción de que el estado de Querétaro es uno de los más opacos en materia de transparencia en cuanto a la publicidad oficial, al negar reiteradamente información sobre el tema.
Los responsables de inhibir información deberían pensar que un estado más transparente será por consecuencia más eficiente. El acceso a la información gubernamental debe realizarse a través de una participación activa y responsable en la construcción y refuerzo de la rendición de cuentas, incidiendo en la eficiencia administrativa y creando las condiciones aptas para que los ciudadanos supervisen el ámbito gubernamental.
La estructura comunicativa del régimen, difiere del modelo de participación comunicativa que merece la sociedad, ya que las oficinas de comunicación social deben ser los instrumentos a cargo de la elaboración y asesoramiento de la política de comunicación de la institución que forman parte intermediaria con la sociedad. Su característica esencial debe, como toda institución de estructura democrática, hacer circular la información de manera descendente y ascendente, interna y externamente. Al parecer en las oficinas de comunicación social la difusión de información no es parte de su oficio, sino la protección de la imagen de sus superiores. A ver si voltean a ver lo que está construyendo el nuevo gobierno en ésta materia. El viernes también tendrán esa oportunidad.
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