QUERETANIDAD
Marcos Aguilar debe escuchar a los ciudadanos: Diego Prieto
POR: SERGIO ARTURO VENEGAS ALARCÓN
CIUDAD DE MÉXICO. Frente a la discusión por las obras públicas en Querétaro, el director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Diego Prieto Hernández, pidió al ayuntamiento de Marcos Aguilar escuchar a los ciudadanos, conciliar opiniones y cuidar la convivencia. “Hay que desechar la tentación de regresiones autoritarias; qué bueno que se discuta todo, de eso va la democracia” dijo a PLAZA DE ARMAS, El Periódico de Querétaro.
Debe pensarse en la ciudad total y preservar el Centro Histórico. Preocuparnos por la habitabilidad. Son los habitantes los que lo cuidan. Sin ellos se vuelve peligroso e inseguro. Cuidar adoquines y banquetas, pero más la convivencia. Los buenos políticos concilian y escuchan las voces, sentencia.
Miembro de la queretanidad, a la que sirvió por 15 años como delegado del INAH, desde donde impulsó la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad, el todavía vecino del pueblo de Jurica, conoce profundamente la ciudad y el estado, cuya transformación ha vivido y estudiado. De ello habla en su acogedor despacho de la Colonia Roma, desde donde -bajo un cuadro alegórico a las apariciones de la Virgen de Guadalupe y una figura preshispánica- organiza las acciones para el rescate de más de mil 800 monumentos históricos afectados en 11 estados por los sismos de septiembre, esperando entregar resultados el año próximo, aún cuando las tareas concluirán hasta el 2020.
Tiene unas semanas en la sede de las calles de Córdoba 45. Este reportero lo entrevistó hace casi un año, en noviembre de 2016, en el edificio Aristos de la Condesa, en la esquina de Insurgentes y Aguascalientes, justo en -dato curioso- el penthouse que habitó hasta su muerte el actor Mauricio Garcés y en donde filmó muchas películas.
El inmueble sufrió los embates del terremoto del 19 de septiembre y está siendo revisado.
En esta coyuntura, Diego Prieto, de ademanes enérgicos y voz suave, se quita la corbata, pide a sus colaboradores esperar y abre el espacio para hablar de Querétaro y lo queretano, que -sostiene- ya no es inmutable y unívoco, sino mudable y plural. Mucho ha variado desde los años 80, cuando la perspectiva dominante era la del sector de élite con la tradición hispano-criolla de la muy noble y leal ciudad.
Lo explica aquí.
QUIEBRE DE PARADIGMAS
El cambio y quiebre de los paradigmas, asegura el antropólogo, inició con el gobernador Rafael Camacho Guzmán (1979-1985). Él promueve la apertura del Centro INAH y en contraste con la estatua de don Juan Antonio de Urrutia y Arana, Marqués de la Villa del Villar del Águila, coloca en la Cuesta China el monumento para el indio Conín, que no representa a un pochteca otomí sino a un azteca y hasta le coloca en una mano un legajo con el proyecto del Acueducto.
Establece el mandatario que el modelo ya no es solamente el aristócrata y se vuelve masivo y desafiante con identidades hasta entonces soterradas. Recupera Camacho el orgullo de ser distinto, como lo demuestran los datos del INEGI: De 2000 a 2010 creció de 1.6 a más del 15 por ciento la población que reconoce sus orígenes indígenas. Con ese proceso, las migraciones nacionales e internacionales y los movimientos juveniles, Querétaro dejó de ser inmutable y unívoco, para convertirse en mudable y plural.
Recuerda Prieto Hernández que todavía en 1995, cuando él llega a nuestra entidad, era difícil penetrar en la queretanidad, no habiendo nacido aquí. No olvida, por cierto, un artículo publicado en El Heraldo de Navidad, aunque omite el autor, en el que se decía: “Sólo quien ha nacido en Querétaro, de padres queretanos, puede amar y sentir a Querétaro”.
Hoy lo queremos y sentimos todos, remarca. Por eso qué bueno que se expresen los inconformes con los proyectos de obras y vitalidades o con la controversia surgida a propósito de los rituales chichimecas.
-Cuando hablamos del patrimonio vivo, son la danza, la comida, las tradiciones orales, expresiones indisolubles. Qué bueno que se polemice, insiste.
ESPACIO PÚBLICO Y PLURAL
Para el director nacional del INAH es importante la discusión sobre banquetas más amplias y ciclovías, pero lo es más preocuparnos por la habitabilidad. El Centro Histórico debe seguir siendo lugar de convivencia, ante la especulación inmobiliaria. Pero sobre todo de convivencia pluriclasista con democratización del espacio público. Y a nadie debe extrañar el interés de los queretanos por la conservación de su casco antiguo. Baste recordar que la fundación Josefa Vergara es anterior al Estado Mexicano.
Ahora el reto, ante el crecimiento desparramado, con más población distribuida en densidad menor y con un transporte público deficiente, es el de pensar en una ciudad total, buscar nuestra modernidad, asumir la normalidad del cambio, sin pretender parecernos a San Antonio, sino a nosotros mismos. Trazar nuestra hoja de ruta para un Querétaro más amigable y tolerante. Pensar en una ciudad para sus habitantes y favorecer la vida social.
Lo sabe Diego Prieto, que en 1974 estudiaba economía en la UNAM, pero luego -llevado por sus inquietudes sociales- se cambió a la Escuela Nacional de Antropología (ENA) para entender mejor el marxismo, tener una mirada integral del ser humano y un mayor acercamientos a la comprensión de lo diverso. “Ahí encuentro mi vocación y militancia en proyectos políticos, como el Movimiento Urbano Popular y el Movimiento Sindical Independiente”. Con grandes maestros, como Guillermo Bonfil Batalla.
Descubre también el gran valor de la etnografía y en 1995 es enviado a Querétaro, en donde se adentra en el estudio de los pueblos indígenas, especialmente en Santiago Mexquititlán y San Miguel, en Amealco y en los pueblos de la Sierra Gorda.
TAREA INTERMINABLE
Diego, con 26 años como profesor investigador de tiempo completo, reconoce en su antecesora Tere Franco a la mujer que lo impulsó, enviándolo a Querétaro, en donde pronto se incorporó al proyecto de obtener la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad, en la que ya trabajaban Carlos Arvizu, Toño Loyola, Mauricio Velasco, Eduardo Loarca y Jaime Font, entre otros.
El reconocimiento se alcanzó en tiempo récord: entre el 25 de julio de 1995 y diciembre de 1996, al ser inscrita en la cumbre de Yucatán junto a la ciudad prehispánica de Uxmal. Era sólo el arranque, porque en 1999 se comenzó a trabajar la declaratoria de las Misiones de la Sierra Gorda y en 2003-2004 la declaratoria para el territorio otomí-chichimeca, obtenida en 2009. Y el de la ruta histórica del Camino de Tierra Adentro en 2010.
En eso estaba nuestro entrevistado cuando se produce el cambio de delegado del INAH y Diego regresa a su plaza de investigador, al trabajo etnográfico, cuando oootra vez Tere Franco lo hace coordinador nacional de Antropología y en 2015 lo invita como secretario técnico, el número dos del Instituto, hasta el 15 de agosto del 2016 cuando sale ella y le piden quedarse de manera provisional.
-”Pensé que era algo transitorio, pero en enero de 2017, a la muerte del licenciado Tovar y de Teresa, la nueva secretaria de Cultura me designa formalmente”.
Ahí lo encuentran los sismos de septiembre que plantean una tarea monumental de reconstrucción en la que trabaja con todo su equipo en apoyo del presidente Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, desde sus oficinas de las calles de Córdoba se ve Querétaro. Su lugar favorito, en donde disfruta, cada que se puede, plazas, iglesias y los dos grandes museos, el Regional y de Arte, además del De la Ciudad. Este Querétaro en donde desea retomar el gran proyecto del Museo del Sitio del Cerrito, en Corregidora y el rescate de la zona de El Rosario, en San Juan del Río, con la posible extracción de sus murales para colocarlos en un lugar próximo y seguro. Este Querétaro al que Diego recomienda diálogo para conciliar las diversas opiniones que hoy enfrentan a las autoridades locales con la ciudadanía.
-Hay que cuidar la convivencia y desechar la tentación de regresiones autoritarias; qué bueno que se discuta todo, de eso va la democracia, remata con una sonrisa y envía un saludo a todos los miembros de la queretanidad, de la que forma parte desde 1995.