Existe cierta fijación por los datos numéricos, como si éstos aportaran seguridades que no se ven en otras formas de medir el estado de ánimo de los electores en el proceso electoral que se aproxima. Sin embargo, a pesar de la importancia de las mediciones de las encuestas y los datos que aportan, es conveniente tomar estos datos con mucha cautela. La pandemia cambió muchas presunciones y supuestos para todos. Aún no salimos del túnel y no existen consensos sobre lo que vendrá. Quien lea mejor la nueva realidad sacará ventaja, quien se quede en los supuestos anteriores se perderá.
Se han publicado numerosas encuestas para ir midiendo de alguna manera los posicionamientos de los posibles candidatos a los diferentes puestos de elección en juego en el ya inminente proceso electoral, pero hay que tomar los resultados de éstas como muy provisionales, incipientes o hasta contingentes. La encuesta sólo mide una parte del proceso y su medición es momentánea, fotográfica, nunca definitiva, es un error considerar que la encuesta es una predicción del voto. Un encuesta electoral tiene límites claros en relación con la interpretación más profunda de los procesos electorales, por ejemplo, como señala Marcela Bravo Ahuja: “El estudio del realineamiento electoral contacta con el de las élites, porque la distribución del voto se ve afectada, por un lado, por los liderazgos de los partidos, sus fortalezas, contradicciones, debilidades, rompimientos, escisiones y reacomodos; y, por el otro, por la conformación de los grupos y camarillas que detentan las posiciones más importantes del aparato estatal, composición que se relaciona con las formas de ascenso al poder, la selección de candidatos y los caminos que siguen la carrera de quienes detentan los puestos más destacados del mando.” (1)
Si hacemos un seguimiento a una casa encuestadora, por ejemplo, las encuestas de Demoscopía Digital, (www.demoscopiadigital. com), vemos que en la elección para gobernador se da por sentada la candidatura de Mauricio Kuri, algunas veces introducen en los escenarios a Marcos Aguilar, por el PAN, sin explicar el procedimiento de selección de los candidatos que aparecen en dicha encuesta, como si una fuerza oculta les señalara este u otro candidato son los buenos. Es clara la intencionalidad de incluir a unos y sacar a otros de una manera simplista e interesada, eso implica de entrada una desviación estadística en la metodología aplicada. Sin embargo, hay que tomar nota de que la fotografía de la encuesta sería relevada de inmediato por nuevas realidades que van desde “las tasas altas de rechazo, la manera como se publican los resultados de las encuestas, hasta fenómenos más globales como la posverdad predominante en redes sociales, la hipersegmentación social o el rechazo a lo político” (2). La nueva realidad surgida durante y la que vendrá después de la pandemia, se antoja mucho más compleja que continuar planteando las encuestas de manera simplista como si no hubiese cambiado nada.
En la próxima elección lo que importará será el ambiente electoral y el “humor” de los electores pero, sobre todo, el perfil de los candidatos, las estrategias electorales y otros factores de organización y posicionamiento en el ánimo de los electores que serán definitivos en la elección, tales como la percepción de la población sobre el manejo de la pandemia y la recuperación económica, pero uno de los factores definitivos será el impacto de los juicios de Lozoya y de García Luna. El asunto de la corrupción se posicionará como una necesidad urgente de limpiar la vida política del país. Está demostrado que el discurso sobre la corrupción es el que ha mantenido la aprobación del presidente, porque sigue siendo del interés general y prioritario de la población y es en este aspecto donde no han querido entrar las formulaciones de las preguntas de las casas encuestadoras. De ahí que el perfil de los candidatos será determinante y sobre este aspecto se deberían elaborar las preguntas de cualquier encuesta.
Faltan pocos meses, pero muchos factores imponderables, para que los posibles candidatos puedan estar en las boletas electorales, pero esta circunstancia ya pesa en el ánimo del PAN, que percibe amenazas y ve enemigos en figuras que se perfilan como contendientes serios, de tal manera que, por ejemplo, tratan de quitar los espectaculares del programa de Arturo Maximiliano sobre “Pesos y centavos”, lesionando las libertades constitucionales de expresión y de comercio. Las tres denuncias presentadas ante el IEEQ contra Arturo Maximiliano son un indicio claro que podrá ser el candidato a vencer: Los denunciantes son “ciudadanos” que se dicen afectados en sus derechos porque los espectaculares del programa Pesos y Centavos pudieran ser una especie de campaña anticipada, a pesar de que el proceso electoral aún no empieza, de que Arturo Maximiliano no es funcionario público, que sus programas anunciados en los espectaculares existen desde hace años y de que no se llama en ellos al voto o hacen alusión política alguna.
En realidad, los interesados en llevar a Arturo Maximiliano García ante los tribunales electorales no son ciudadanos de a pie, que contratan abogados especialistas para hacer una denuncia en forma, sino que se debe entender como uno de los primeros rounds entre Maximiliano y la cúpula del PAN.
La defensa de los derechos de un ciudadano común como lo es Arturo Maximiliano debe hacer valer los más de 20 años que éste lleva como entrevistador, colaborador, conductor y productor en periódicos, radio, televisión y sus propias redes y página, así como el derecho que tiene de explotar su marca comercial Pesos y Centavos.
Los que hacemos análisis político vemos que se trata no sólo de defender su libertad de expresión sino su libertad de trabajo. Será el Tribunal Electoral del Estado quien decida sobre este asunto, aunque no será la última instancia.
Bloqueado mientras fue militante del PAN para acceder a candidaturas, entre ellas la presidencia municipal de Querétaro, hoy habría razones para pensar que las denuncias ante el IEEQ que buscan bajar la publicidad de Arturo Maximiliano García vienen de la cúpula pianista, incluso de varios a quienes alguna vez apoyó, que ahora lo ven como un contrincante de peso, si es que llega a un acuerdo para ser postulado por MORENA como su candidato a la alcaldía capitalina o incluso al gobierno del estado si Santiago Nieto se queda en el gobierno federal. Por lo pronto los panistas, por vía de algunos “ciudadanos” afectados, se enfrentarán en tribunales a Arturo Maximiliano, en el primero de muchos rounds que vendrán entre ellos. Al rato a estos “ciudadanos” les dará urticaria, cuando empiece de verdad la campaña electoral, porque viene una competencia real muy distinta a la imaginada hasta ahora.
- Bravo Ahuja, Marcela y Martínez Valdés, Gustavo (2014). Política, partidos políticos y elecciones en México. Historias regionales 1980-2013. Universidad Nacional Autónoma de México, México. Pág. 18.
- Abundis, Francisco, et al. (2017) La precisión de las encuestas electorales, un paradigma en movimiento. Vol. I. INE, México.