El gobierno del presidente Donald Trump expulsó de la embajada en Washington a 15 diplomáticos cubanos en una escalada de respuesta a misteriosas enfermedades que afligen al personal de la embajada estadounidense en La Habana.
La solicitud de Estados Unidos representa otro importante revés a las relaciones entre ambas naciones, que apenas habían retomado nexos diplomáticos después de medio siglo de hostilidad. La petición ocurre en un momento en el que el gobierno estadounidense busca proteger a sus propios diplomáticos de inexplicables ataques.
Aunque Estados Unidos ha dicho que hay 21 “víctimas médicamente confirmadas”, que sufren de problemas de audición, equilibrio y vista, funcionarios dijeron el martes a The Associated Press que ese total ya aumentó a 22. No estuvo claro de inmediato cuándo se determinó la última víctima, mientras que Cuba negó estar involucrado con los ataques.
Pese a que La Habana podría ver el anuncio como una represalia injustificada, los funcionarios estadounidenses afirmaron que el objetivo no es sancionar a la isla, sino asegurarse de que ambos países cuenten con el mismo número de diplomáticos en las respectivas capitales.
Estados Unidos solicitará formalmente a Cuba que retire a su personal, pero no los expulsará a menos que La Habana se niegue a retirarlos de Washington, indicaron los funcionarios.
Las tensiones entre ambos países han ido en aumento ante la seria preocupación de Estados Unidos sobre los inexplicables ataques en contra de estadounidenses en La Habana.
Este lunes se reportó que espías estadounidenses que trabajaban bajo cobertura diplomática fueron las primeras víctimas y las que resultaron más afectadas.
Los misteriosos “ataques a la salud” comenzaron días después de la elección presidencial en noviembre, pero no fue sino hasta el viernes que Estados Unidos ordenó que más de la mitad de su personal de servicio exterior que regresara a casa.
Asestando otro golpe a las relaciones entre EE.UU. y Cuba, el gobierno de Trump también emitió una advertencia a los estadounidenses para que no viajen a Cuba, decisión que podría tener profundas implicaciones para la industria de turismo de la isla.
Estados Unidos dijo que debido a que algunos trabajadores fueron atacados en hoteles de La Habana, no podía asegurar a los estadounidenses que visitaran Cuba que ellos no serían víctimas de ataques.
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