Paz, armonía, unión familiar; sin duda son los mejores regalos que nos debería de traer la navidad. Sin embargo, la presión de dar y recibir que nos trae el marketing, así como las expectativas y compromisos por cumplir, nos obligan a gastar y comprar más de lo que se puede, a tal punto de incrementar el consumo perca pita, en estas fiestas ¡hasta en un 25%!.
Durante esta época navideña, también se incrementa el consumo de energía eléctrica, debido al uso excesivo de luces navideñas. Esta tendencia a comprar y consumir en exceso, durante esta época, tiene un costo muy alto para nuestro medio ambiente; y hay que decirlo también, para nuestra economía, cada vez son más poderosas las estrategias para promover la compra, hoy además de la publicidad tradicional, tenemos a los influencers que aprovechan sus comunidades para promover productos, e inducirlos a comprar.
La Navidad entonces, puede tener un impacto ambiental significativo, debido al aumento del consumo de energía, así como la producción de desechos.
Las luces por ejemplo, consumen mucha energía si no se utilizan de manera eficiente; además, el uso excesivo de empaques y envoltorios, contribuye al aumento en la cantidad de basura, producida durante esta época del año.
Todo ello, hace evidente el daño exponencial que le provocamos a nuestro planeta, porque aumentamos las emisiones de dióxido de carbono (CO2), que contribuyen a una mayor producción de gases de efecto invernadero.
Así como compramos más, generamos mucha más basura y por supuesto, con ello aumentamos mucho más, nuestra huella de carbono.
Como muestra pondremos de ejemplo a la Ciudad de México, que, de acuerdo con el INEGI, el año pasado en temporada ordinaria, una persona genera en promedio 854 gramos diarios de desechos y, cada día se recolectan 107 mil 55 toneladas de basura; y si a esto le aumentamos el 25 por ciento que creció el consumo, la temporada decembrina pasada, los desechos por persona aumentaron hasta más de mil diarios y, la basura alcanzo los 133 mil 818.75 toneladas; las implicaciones de las cenas, posadas, fiestas y regalos navideños, le cuestan mucho a nuestro planeta.
No intento satanizar la navidad y todo lo que ella nos trae, simplemente visibilizo sus implicaciones, por la necesidad urgente que hay de replantear nuestros hábitos en estas fechas; empezando por ahorrarnos el papel a la hora de “envolver” regalos, y si nos dieron regalos con envoltura, reutilizarla.
Tratemos de llevar un termo a todas las fiestas, prender las series de luces solo cuando sea necesario y, utilizar luces LED; a la hora de comprar regalos, consumir local, hoy una gran cantidad de personas pide todo en línea, sin dimensionar la cantidad de transporte que los envíos implican y, con ello, lo que contaminan, así como no preparar alimentos que no se vayan a consumir.
No hay un árbol de navidad que sea universalmente considerado como el más sustentable, ya que depende de varios factores, pero la mejor opción es sin duda utilizar el árbol de años pasados que ya tenemos; para compensar la huella ambiental de un árbol artificial se requiere de más o menos 20 años de uso, si no contamos con alguno, o el nuestro ya no es funcional, podemos considerar el adquirir un árbol natural, proveniente de un productor local y, que se encuentre en la lista de arboles producidos, bajo un esquema sustentable de la CONAFOR. Detrás de la compra de estos árboles, se promueve la producción de árboles, que funcionan como sumidero de carbono; algo muy importante, es no comprar un árbol natural del cual no puedas rastrear su origen, ya este puede provenir de la tala clandestina o de la deforestación de un bosque; también puedes considerar plantar un árbol después de la temporada navideña, para contribuir al medio ambiente que esa sería la opción ideal!
En general, es importante ser consciente del impacto de nuestras acciones y, tomar medidas para reducirlo en la medida de lo posible.
La Navidad es una época para disfrutar con nuestros seres queridos, pero también es una oportunidad para reflexionar, no puede haber conciencia en la inmediatez; y por mas que hoy se nos ofrezcan opciones fáciles, para adquirir más y más cosas, debemos detenernos, porque lo único que estamos haciendo al no poner límites en el consumismo, es provocarle un sobrecalentamiento a nuestro planeta, por la desmesurada explotación a nuestros recursos naturales.
Cada uno de nosotros tiene que hacer su parte, para fomentar una mejor cultura ambiental. Son pequeños cambios que inspiran y dan ejemplo a las personas que nos rodean, que el día de mañana la suma de ellos, puede significar un gran cambio…