Defensora del patrimonio histórico, Natalia Carrillo García lamentó el gasto millonario de los gobiernos estatal y municipal en arreglos navideños que nada tienen que ver con nuestras tradiciones, mientras se descuida el mantenimiento del adoquín en las principales bocacalles del Centro Histórico.
La autora de libros esenciales sobre el Municipio de Querétaro y sus delegaciones, de los presidentes municipales de los últimos 100 años, así como de esculturas, bustos y placas, además de las fuentes y cajas de agua, puso el dedo en la llaga.
“Desde hace más de un trienio, desde que estaba Marcos Aguilar en el Ayuntamiento, por escrito le solicitamos la doctora Fabiola Larrondo y su servidora que arreglara los adoquines y las banquetas. Lo hicieron mal. En la calle de Allende, en el tramo entre Hidalgo y 16 de septiembre ya se hundieron las lozas que mandó colocar. A los adoquines no les han arreglado nada”.
Yo creo, agregó, que es una vergüenza para Querétaro que el Centro Histórico esté en las condiciones en que está. Las bocacalles, como la de Juárez con Ángela Peralta e Hidalgo. Falta menos de un mes para el aniversario de la Constitución, a celebrarse en el Teatro de la República. ¿Que no les da vergüenza a los gobernantes, estatal o municipal, en qué condiciones está esa bocacalle? En pésimas condiciones, con perjuicio para los minusválidos. ¿No les dará vergüenza con las personas que asisten a ese acto tan solemne? Por favor, no sé que puedan hacer algo, pero que lo hagan.
Igual está la de Allende con Morelos, de Allende con Hidalgo, de Morelos con Guerrero y de Ocampo. Todas malhechas pero ya dijo el hermano del inventor de las ciclovías que qué bueno que no hay gasolina para que las usen. Causa risa.
También declaró que es una gringada lo que pusieron en el Centro con la iluminación de las calles de Madero, la pista y la villa del Jardín Guerrero. “Que en Querétaro ¿cae nieve? El Santa Claus no es la tradición, ni Blanca Nieves y sus siete enanos ni los pitufos. Son el nacimiento y los Reyes Magos que se ponían en Madero y los niños se iban a retratar con ellos. No estoy de acuerdo con lo que pusieron y ¿cuántos millones se gastaron? Pero no hay dinero para arreglar los adoquines de las bocacalles”.
POR: SERGIO ARTURO VENEGAS ALARCÓN