QUERETANIDAD
CHILO Y SU GALERÍA DEL RECUERDO
POR: SERGIO ARTURO VENEGAS ALARCÓN
Ya tiene listo Cecilio Sánchez Garduño el espacio para colocar la fotografía de la futura rectora Teresa García Gasca, electa el viernes. Será, dice una PLAZA DE ARMAS, El Periódico de Querétaro, la enmarcada número 1977 de la Galería del Recuerdo, en la casa original de la Universidad Autónoma de Querétaro, con antecedente el Colegio Civil y de los primeros colegios de San Ignacio y San Francisco Javier, hoy Facultad de Filosofía y Letras, en las calles de 16 de septiembre.
Aquí está el recuerdo y siempre cordial Chilo -hoy con sus característicos lentes, las grietas de su rostro y una juvenil camisa a cuadros- despachaba como jefe del Departamento de Mantenimiento e Intendencia y reconstitución desde 1985 en un espacio para la memoria universitaria, en donde caben no solamente los retratos de los 16 rectores y pequeños directores, reinas y estudiantes destacados, sino hasta políticos afines o no a la máxima casa de estudios, como el gobernador Francisco Domínguez y el alcalde Marcos Aguilar. De hecho la última imagen, la seriada 1976, es el ahora secretario de Agricultura José Calzada en la X semana cultural de la Facultad de Derecho.
Sánchez Garduño, nacido en 1941 en El Pueblito, conserva verdaderos tesoros y la muestra con devoción, como las fotos del conflicto de 1958 que dio origen a la autonomía universitaria o de la visita del presidente Adolfo López Mateos a este edificio, cuando el rector Fernando Díaz Ramírez llamó a los ruidosos muchachos que no atendían los discursos. ¡Niños! les gritó y se hizo el silencio. En la Universidad, contó el fundador a este reportero, no se mueve una hoja sin su consentimiento. No les negaré el derecho a pensar, solo a hablar.
También está el testimonio de Luis Echeverría Álvarez al lado del rector José Guadalupe Ramírez Álvarez, creadores del Centro Universitario del Cerro de las Campanas, con los gobernadores Juventino Castro Sánchez, en el inicio, y Antonio Calzada Urquiza en la inauguración de 1973 o el célebre actriz queretana Ana Luisa Peluffo.
Una visita a este reducto de la nostalgia, abierto diariamente, depara grandes sorpresas y no pocas adivinanzas para descubrir los rostros juveniles de los ex gobernadores Mariano Palacios Alcocer e Ignacio Loyola Vera, del actual rector Gilberto Herrera Ruiz o del reciente fallecido Enrique Rabell Fernández y otros personajes que integran una galería especial de 50 con la que Cecilio montaba cada año su altar de muertos y que este 2017 no cumplen porque ya no caben.
Es un pequeño museo en el que se conservan antiguos aparatos de los laboratorios de física y química, como el indicador de cuadrante o de Hooke que permite medir la dilatación por la unidad de longitud y por grados de la temperatura de los materiales, además de banderas , uniformes y hasta espadines del Pentatlón Universitario, trofeos, diplomas, monedas, viejas cámaras fotográficas de su propiedad y hartos recortes de periódicos.
Muchos antiguos protagonistas vienen a reencontrarse aquí, como lo hicieron recientemente el ex director de Derecho José Ortiz Arana, que invitó a la celebración de la generación 67 de abogados, pasó las fotos que muestran al tribuno de entonces, el que inició como oradores a su hermano Fernando ya Mariano Palacios, ambos ex presidentes nacionales del PRI, hoy maestro de nuevos políticos.
A la pregunta sobre ¿Cuál es su presentación de la foto?, Cecilio es autodefinido simple y llanamente como coleccionista responde a todas las preguntas. A cada uno le ha dedicado atención, pero está entre las observaciones que tiene muchas guardadas en los estantes porque no ha recibido el privilegio de ser expuestas.
Jubilado desde el 1 de enero de 1994, Chilo -también integrante, con sus hermanos, del trío Los Pueblerinos- vive para este Rincón del Recuerdo que guarda millas de historias, justamente de la escalinata principal de la casa de estudios fundada en 1625, como se ve en las cartulinas colocadas a la entrada de este túnel del tiempo, rectángulo de apenas 20 metros de largo y dos de ancho, en el que se conservan los documentos esenciales como la carta del primer rector Fernando Díaz en su sucesor Alberto Macedo, en diciembre de 1963, negándose a hablar con él porque al renunciar no perdió un empleo, sino un hijo.
En el documento original, se trata de un libro que autorizó a sus cuatro clases y explica que se llevó su retrato porque él se lo pagó a José Antonio Murúa. Del mismo modo pide, si es posible, que se liquiden los 800 pesos del mes de enero, una cuenta de vacaciones, “porque ese dinero me sirve muchísimo, pues después de 14 años quedo sin nada y no es posible tenerlo luego, pero si no quiero por mi resolución de no dar clases, ni remedio “.
De él, de don Fernando, con quién más fotografías, contando la galería de los 16 rectores, de los cuales, advierte, ya han muerto nueve, incluido Enrique Rabell Fernández. Sobreviven siete: Salvador Septién Barrón, sexto y decano, que se desempeña de 1968 a 70, además de Mariano Palacios Alcocer, Jesús Pérez Hermosillo, Alfredo Zepeda Garrido, Dolores Cabrera Muñoz, Raúl Iturralde Olvera y el actual Gilberto Herrera Ruiz.
Aquí está la Universidad de ayer, pero también la actual y Chilo, cronista sin título, guarda su registro y también el Querétaro Antiguo, como se reconoce en un diploma expedido por el rector Alfredo Zepeda Garrido y Jorge Hernández Palma, miembro del comité de comité la huelga de 1958, la dedicación y dedicación para la recopilación y constitución del primer y único museo universitario fotográfico y documental histórico, en el que pronto estará el retrato, el número 1977, de la rectora Teresa García Gasca, cuya selección será ratificada hoy lunes por el Consejo Universitario.