Carlos Uriegas
La pandemia develó muchas necesidades por atender, una de ellas fue el crear puentes de comunicación entre las personas sordas y la sociedad, motivo por el que nace Entrelace, un proyecto que ya trabaja en la capacitación del personal médico para que puedan comunicarse con personas sordas a través de la lengua de señas.
Jimena Alatorre Castorena y Cecilia López Munguía unieron su voluntad y talento a partir de una necesidad latente; Jimena es hija de padres sordos y se ha convertido en su intérprete, mientras que Cecilia es médico y conoce de primera mano la dificultad que experimentan los pacientes sordos al ser atendidos en los hospitales y consultorios.
“Somos un emprendimiento social que busca mejorar la atención y comunicación de los pacientes en los hospitales y es a partir de ello que me involucro en el tema”, explicó Cecilia López Munguía.
Jimena es licenciada en educación inclusiva, motivada por una constante búsqueda de inclusión y por enfrentar la discriminación que viven las personas sordas, algo que ha vivido con su familia.
“Al ser hija de padres sordos he vivido la discriminación, la falta de comunicación y acceso a la información y en el área médica es donde he vivido más está problemática”, es de ahí es que al detectar el problema es que unen su talento en busca de una solución.
Ambas jóvenes ya trabajan en la realización de talleres para personal médico, los cuales han impartido a dentistas y fisioterapeutas para que se difunda una vía de comunicación para 84,591 personas sordas que viven en Querétaro, según datos del INEGI.
Aunque la atención médica es un asunto vital, Entrelace, emprendimiento impulsado por la Secretaría de la Juventud de Querétaro, pretende abarcar distintas áreas.
“Empezamos con el sector de la salud, pero hay mucho por hacer en el tema, además del sector de la salud”, destacó Jimena Alatorre
La doctora López Munguía explicó que las personas sordas son muy pacientes, por lo que debe promoverse la lengua de señas y aumentar el número de personas que sepan comunicarse de forma incluyente.
La sordera es la tercera discapacidad más común en México y solo hay un intérprete por cada 10 personas con discapacidad auditiva, de ahí la importancia de poner manos a la obra hacia la inclusión.
El personal de salud se ha interesado en el tema, muchos maestros de carreras de la salud se han acercado a Entrelace para que sus alumnos se adentren en esta discapacidad la cual incluso se está difundiendo más a través de películas como CODA, cinta en la que se aborda la vida de una familia sorda.
Jimena y Cecilia fueron claras al hablar que la discriminación inicia al llamarlos sordomudos, cuando se les debe llamar sordos y que se comunican a través de la lengua de señas, ya que es incorrecto decirle lenguaje.
Ambas jóvenes profesionistas destacaron que trabajan muy de cerca con personas sordas ya que son ellas las que viven esta discapacidad y también quienes se suman a la solución.
La Organización Mundial de la Salud refiere que más del cinco por ciento de la población mundial padece una pérdida de audición discapacitante y requiere rehabilitación. En tanto, se calcula que para el año 2050 una de cada 10 personas en el mundo presente problemas de audición.
Es por ello que no hay que hacer “oídos sordos” y unir las manos hacia la inclusión, lema de Entrelace.