GOTA A GOTA
La jactancia
Durante un tiempo el periódico “El Universal” dedicó sus páginas a investigar a Ricardo Anaya cuestionándolo sobre el crecimiento sospechoso del patrimonio familiar. El líder panista hizo bien en demandar al diario, al cual venció en un litigio. Pues un juez federal le concedió la razón. De inmediato Anaya, presuntuoso, se jactó de su triunfo, ciertamente no definitivo, dado que el periódico apelará la resolución.
Seguro de sí mismo, afirmó en un video que han difundido varios medios, que ganará todas las instancias. Y no lo dudo. Pues la asociación empresarial con la familia del multimillonario suegro ha levantado un muro inexpugnable. En este sentido, la astucia del panista lo pone a salvo. Lo que puede reprochársele es el parloteo de más, en el que aprovechó para culpar al PRI y al gobierno que, detrás de ese biombo periodístico, esconden su “desesperación”, empleando un lenguaje poco digno de un universitario que, presumo, egresó con notas excelentes. Ellos, priistas son unos ladrones, han “robado” al pueblo de México. ¿Robo es la palabra justa? ¿Así, con ese léxico, trata de convencer a la opinión pública? ¿Con esa charlatanería aspira a gobernar este país?
Recuerdo a Antonio Gramsci: los partidos políticos son “El príncipe” moderno, en clara alusión a la obra de Maquiavelo. Su misión, entre otras, es educar, elevar el nivel cultural de las masas. Acusar a sus adversarios de ese modo, sólo denigra al llamado ‘joven maravilla’.
No sé de donde viene el mote. Lo que me maravilla es su jactancia, un tanto o un mucho pueril.