ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE
Lo que por voluntad propia no hemos logrado, a pesar de los acuerdos desde Paris hasta la última COP realizada en Madrid, lo ha hecho la pandemia mundial, cuyo recuento hasta ahora, suman más de 4.200 muertos en 116 países del mundo, y ello, paradójicamente le ha generado una especie de limpieza al planeta. La parálisis industrial en países como China, la reducción del número y frecuencia de vuelos entre distintos destinos, así como del tráfico vehicular interno en algunas ciudades, la suspensión de eventos masivos y de clases han permitido que el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero haya bajado.
Sabemos que esto será pasajero y no resolverá de fondo la crisis climática existente, pero tal como lo indicó Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas (ONU), “es que el coronavirus sí le ha dejado buenas noticias al medioambiente.”
Tan sólo el cierre de fábricas y comercios en China, al igual que las restricciones de viaje impuestas para hacerle frente a la pandemia, produjo una disminución en las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de, por lo menos, un 25%, esto debido a la baja sustancial en el consumo de combustibles fósiles (petróleo, gas, carbón, entre otros), cuya cifra representa, a su vez, una reducción del 6% a nivel global de acuerdo al Centro de Investigación en Energía y Aire Limpio (CREA), en Estados Unidos.
Se calcula, que durante las últimas tres semanas el gigante asiático emitió 150 millones de toneladas métricas (mtm) de CO2 menos que durante el mismo período del año pasado, el equivalente a todo el dióxido de carbono que una ciudad como Nueva York.
A ello se suma la cancelación de los vuelos comerciales entre países de la Unión Europea y Estados Unidos. El 5% de la contaminación del mundo pertenece a los vuelos de aviones. En e caso del grupo de aerolíneas Lufthansa se ha informado sobre la cancelación 7.100 vuelos hasta finales de marzo debido a la caída de la demanda por la propagación de la pandemia. El mayor porcentaje de estos viajes eran a Alemania, al norte de Italia e Israel, debido a que esta última nación prohibió el ingreso de viajeros de Austria, Suiza y Alemania.
Todo esto sucede mientras se estima que más del 70% de las infecciones emergentes en humanos provienen de animales, particularmente de animales salvajes.
El brote del último coronavirus ha puesto de nuevo el foco en el comercio de animales salvajes de China, que ya ha sido criticado por grupos conservacionistas por llevar a varias especies al borde de la extinción.
Los estudios iniciales han llevado a declarar por funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es muy probable que la fuente principal del coronavirus sean los murciélagos. Sin embargo, se cree que el virus saltó a otro animal, que aún no se ha identificado, antes de infectar a los humanos.
Se sabe que restaurantes en varias regiones de China sirven platos como sopa de murciélago (con todo el murciélago), sopa hecha con testículos de tigre o partes del cuerpo de la civeta de palma.
El mercado de Wuhan se trata de un mercado de animales. De ahí la importancia de averiguar desde qué animal ‹dio el salto› el coronavirus para infectar a los humanos. «Aunque el análisis filogenético sugiere que los murciélagos podrían ser el huésped original de este virus, un animal vendido en el mercado de mariscos en Wuhan podría representar un huésped intermedio que facilita la aparición del virus en humanos», explican los investigadores. No obstante, también se ha barajado la posibilidad de que fuera el pangolín el huésped intermedio que facilitó la mutación del coronavirus.
A raíz de la pandemia conocida como «neumonía de Wuhan», las autoridades chinas prohibieron temporalmente este tipo de comercio para combatir la propagación del virus.
Según un análisis reciente de las casi 32.000 especies de vertebrados terrestres, alrededor del 20% de ellas se compran y venden en el mercado mundial, legal o ilegalmente. Eso es más de 5.500 especies de mamíferos, aves, reptiles y anfibios.
Se estima que el comercio ilegal de vida silvestre vale alrededor de US$20.000 millones y es el cuarto comercio ilegal más grande después de las drogas, el contrabando de personas y la falsificación
En septiembre de este año, Pekín organizará una importante reunión mundial sobre recursos naturales y biológicos, conocida como el Convenio sobre la Diversidad Biológica.
Según un informe intergubernamental publicado el año pasado, un millón de especies están en riesgo de extinción, más que nunca antes en la historia de la humanidad.
«Esta crisis de salud debe servir como una llamada de atención», así lo ha señalado World Wide Fund for Nature (WWF) en un comunicado. La organización agregó que hoy existe la necesidad de «poner fin al uso no sostenible de animales en peligro de extinción, como mascotas exóticas, para el consumo de alimentos y por su valor medicinal».