El ex presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) reconoció la recepción de transferencias por 26 millones de pesos, a través de empresas familiares, movimientos que se encuentran registrados en una carpeta de investigación abierta desde 2022 por la Fiscalía General de la República (FGR).
El 7 de julio de 2022, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) exhibió una red financiera que involucraba a familiares directos de Enrique Peña Nieto, en un conglomerado de empresas, transacciones millonarias y contratos gubernamentales de la cual también habría sido beneficiado el ex Mandatario.
Pablo Gómez, titular de la UIF, reveló entonces las presuntas operaciones irregulares, durante una conferencia en Palacio Nacional.
“De lo que se presentó en la conferencia la mayoría es cierto, pero de todo hay evidencia, no hay nada irregular”, habría dicho Peña Nieto al periodista Mario Maldonado, autor del libro “Confesiones desde el exilio”, distribuido a partir de esta semana por Editorial Planeta.
“Ya se había publicado algo sobre una empresa de mi familia; la mayoría de esas operaciones tienen que ver con una compañía que fundó mi padre hace muchos años”.
Se trata de la empresa Plasti-Estéril, fundada en 1991 por Gilberto Enrique Peña del Mazo, padre del ex Presidente, y en la cual su hermano Arturo Peña Nieto también era socio. Sin embargo, los Peña vendieron su participación en esa empresa en 1992, y en 1999 fue absorbida por Baxter International Inc.
Cuando Pablo Gómez reveló los hallazgos de la UIF en 2022 y dejó entrever presuntos vínculos de Plasti-Estéril con Baxter International Inc., que obtuvo contratos por 12 mil 170 millones durante el sexenio de Peña Nieto, esta última compañía aclaró la cesión de acciones.
En una serie de entrevistas con Mario Maldonado, autor del libro “Confesiones desde el exilio”, el ex Mandatario Enrique Peña Nieto refrendó esta versión y dijo que las transferencias por 26 millones que le señalaron son transparentes.
“Es lo que tengo, con lo que compré una propiedad en España. Por eso hablaban de los ingresos, que son declarados en Atlacomulco. No todo, pero lo que se pagan en cash se ingresa y se paga el impuesto”, confesó el ex Mandatario.
“Mi mamá (Socorro Nieto Sánchez) tiene unos locales comerciales en Atlacomulco que, la verdad, un poco de eso vivimos; a mi me da una parte y una parte a mis hermanos. Están chiquitos, están en la plaza de Atlacomulco, cerca del mercado; de ahí vienen los recursos”.
Para el ex Mandatario la investigación de la UIF carece de sustento, pero reconoció que es posible que la FGR mantenga abierta la investigación.
“Sé que la Fiscalía la tiene y le he dado seguimiento con mis abogados; la tienen congelada, no la han cerrado. Yo voy a presionar un poco para que la cierren, pero cuando haya pasado la elección presidencial; antes no creo que la vayan a cerrar. Han de tenerlo por si se ofrece”, habría dicho Peña Nieto al autor del libro.
En la conversación, el ex Presidente Enrique Peña Nieto manifestó que tiene interés en regresar a México, pero que de momento continuará a distancia, residiendo entre Madrid, España, y Punta Cana, en República Dominicana.
En las conversaciones con el periodista Mario Maldonado, el ex Mandatario Enrique Peña Nieto reveló los encuentros que sostuvo con el Presidente Andrés Manuel López Obrador tanto en Palacio Nacional como en la casa donde residía el tabasqueño antes de asumir la Presidencia. En este último encuentro también estuvo Beatriz Gutiérrez Müller.
Asimismo, reseñó una conversación que sostuvo, vía WhatsApp, con López Obrador el 15 de septiembre de 2023. Según el relato, la llamada se concretó a través de un contacto cercano al mexiquense con Daniel Asaf, jefe de la Ayudantía del tabasqueño, mientras inauguraba el primer tramo del Tren Interurbano México-Toluca.
Un día antes, durante una ceremonia en el Congreso del Estado de México, como parte del relevo de Gobierno entre el priista Alfredo del Mazo y la morenista Delfina Gómez, el Mandatario habló ante legisladores mexiquenses y ahí celebró la actitud de Peña Nieto de no intervenir en los comicios de 2018.
Según Mario Maldonado, autor del libro, “la conversación fue breve, de apenas uno o dos minutos. Peña Nieto le agradeció las palabras de un día antes, cuando lo llamó ‘demócrata’ por no haber intervenido en las elecciones de 2018 en las que resultó ganador. ‘Le aprecio mucho el gesto de ayer, señor Presidente’, le dijo Peña”.
Antes de llegar a ese episodio, el ex Mandatario Enrique Peña Nieto confesó que en aquella elección “algunos empresarios me llegaron a insinuar que bajara a José Antonio Meade, que declinara por Ricardo Anaya”.
“Evidentemente no iba a dejar a mi candidato para apoyar a Anaya. La verdad de las cosas es que la elección ya la tenía ganada López Obrador. Muchos me recriminan que evitara a toda costa que ganara, pero ¿qué querían que hiciera?”.
El libro hace un recuento de los orígenes de Enrique Peña Nieto, cómo construyó sus vínculos con personajes como Luis Videgaray, Aurelio Nuño y Miguel Ángel Osorio Chong, así como sus relaciones con ex presidentes como Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Felipe Calderón.
También aborda los momentos críticos que enfrentó el ex Presidente Peña Nieto y que a la postre le costaron a su partido, como la desaparición de normalistas de Ayotzinapa, la compra de la Casa Blanca y los señalamientos de corrupción por sobornos de Odebrecht, en los que jugó un papel central el ex director de Pemex, Emilio Lozoya.
“Yo no creía nada de lo que Emilio Lozoya me decía; antes confiaba en él, pero me escondía muchas cosas. Todo mundo decía que yo lo iba a hacer Canciller y la verdad nunca lo tuve siquiera pensado. Yo lo pensé para CFE o Pemex, porque yo lo había conocido en ese sector; él nos acercó mucho a empresarios de ese ámbito. Se ve que él ya estaba metido en esos temas.
“Él empieza muy bien la relación con Videgaray, pero después me dice hay que removerlo: ‘Emilio no está atendiendo las finanzas de la empresa, no ha reportado gastos’. Yo me tardé como seis meses en removerlo; lo iba a quitar a mediados del 2015 y lo quité en enero de 2016, si no mal recuerdo”, expresó Peña Nieto en una de las entrevistas para el libro.
Fue el 8 de febrero de 2016 cuando Emilio Lozoya fue sustituido en Pemex por José Antonio González Anaya, luego de fuertes presiones para reestructurar el gasto de la empresa.
Según el libro, Lozoya buscó a Peña Nieto a finales de octubre de 2018 y le pidió interceder en su favor para cerrar todos los expedientes abiertos en su contra. Para entonces ya eran escándalo los sobornos de Odebrecht, y la compra por sobreprecios de Agronitrogenados y Fertinal.
“Vengo a pedirte que cierren todos los expedientes. Por favor, utiliza tus facultades como Presidente de la República para pedir que cierren todas las investigaciones contra mí”, habría dicho Lozoya.
Lozoya fue arrestado en España y posteriormente extraditado a México. El pasado 20 de febrero salió del Reclusorio Norte para continuar en libertad los procesos penales por lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho.