Abrir bien los ojos y los oídos frente a las ofertas de los aspirantes a la Presidencia de la República recomendó a los católicos el padre Francisco Gavidia Arteaga, párroco del Sagrado Corazón de Jesús, luego de inicio de las precampañas y de que el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrados se declarara liberal y guadalupano, comentó solamente: “Felicidades y que lo siga siendo”.
Entrevistado en uno de los accesos al templo de Santa Clara, señaló que es tiempo de reflexión y religiosidad. “Se presta mucho. Aumenta lo moral porque la gente se pone nostálgica. Se presta todo; el mismo clima, las celebraciones y la gente se acerca más a Dios”.
Apreció como que todavía se guarda mucho y más en lugares como Querétaro, respetar los días, celebrar la Navidad, el nacimiento de Jesús, como es, no de fiesta, sino de manera religiosa.
Admitió Gavidia Arteaga la crisis de los valores éticos y la moralidad que viven las sociedades, la relajación de los valores, pero se mostró animado porque se conserva todavía lo religioso. “Va muy unido a lo moral, vivir la fe y la religión” dijo.
Sobre la irrupción de otros credos y la diversidad religiosa, señaló que el catolicismo permanece. “Dos mil años de historia lo dicen. Si se ha conservado es por algo. Nuestra tarea es seguir preservando eso. La Iglesia sigue adelante”.
De las tradicionales posadas, iniciadas anoche, celebró que todavía se conserven e invitó a vivirlas en los barrios y colonias, como Lomas, San Sebastián, Lázaro Cárdenas, Peñuelas y Menchaca, entre otras.
-Todavía se conserva lo tradicional. Son muy pocas en donde hay baile y se van por la borrachera. Como que se está volviendo a eso, lo que es la posada tradicional.
Finalmente y a 196 días de las elecciones presidenciales, federales, municipales y locales, el padre Francisco Gavidia Arteaga insistió en que los católicos deben abrir bien los ojos y los oídos ante las propuestas de los candidatos y los partidos políticos, que ya han iniciado precampañas para conquistar las preferencias y los votos.
POR: SERGIO ARTURO VENEGAS ALARCÓN