POSVERDAD
El proceso de renuncia deEduardo Medin a Mora como ministro de la Suprema Corte de Justicia ha desatado y confrontado diversas posturas en la opinión pública. No solo por la fétida corrupción que acompaña su nombre, sino por el debate en torno a los contrapesos en el actual gobierno. Sin embargo, un aspecto que se pasa por alto es de carácter procedimental y en específico, lo que atañe al Senado.
El artículo 98 de la Constitución establece que “Las renuncias de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia solamente procederán por causas graves…()…”, que serán sometidas al Ejecutivo y en caso de ser aceptadas, serán enviadas al Senado para su aprobación. No obstante, es preciso señalar que no existe precisión sobre si se requiere el voto de las dos terceras partes de los miembros del Senado -votos requeridos para el proceso de nombramiento- y si es necesario una comparecencia del renunciante, en razón de que “solamente procederán por causas graves”. Es decir, la renuncia tuvo que estar acompañada de un exposición de motivos. La escueta carta presentada por Medina Mora sin fecha no explica ni esboza argumento alguno sobre la renuncia.
El actual procedimiento de renuncia de los ministros es resultado de la reforma judicial de 1994 bajo el gobierno de Ernesto Zedillo. En tal reforma, se determinó que los ministros que renuncien a su cargo deben pasar por los órganos que lo eligieron (la presidencia y la cámara alta). Otro cambios de esta reforma destaca la disminución en el número de ministros, al pasas de 26 a 11.
El Presidente aceptó la renuncia del ministro y la ha enviado al Senado. Según declaraciones del senador Ricardo Monreal, se espera que sea votada hoy en el Senado. Monreal fue el primero en aseverar que se votaría por mayoría simple y que “se puede procesar la solicitud sin que Medina Mora haya incluido una exposición de motivos en su carta de renuncia”. La prontitud con la que Monreal hace esta aseveración resulta inquietante. El senador zacatecano da la impresión de querer acelerar el proceso incluso ya con miras hacia la terna de candidatos que pronto enviará el Presidente López Obrador. De esta manera, manda el mensaje que lo que importa es que renuncie Medina Mora lo antes posible y barajear ya los nombres para la nueva terna.
Hasta ahora, solo sabemos que una investigación desde la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) está detrás de la renuncia del ministro, pero es el papel del Senado ahondar en las motivaciones y las posibles “causas graves” que lo han llevado a retirarse del cargo. Al parecer Monreal lleva la batuta sobre la agenda legislativa, impone los tiempos del Congreso y decide qué amerita o no el escrutinio DE LA Cámara. Desde su llegada en septiembre del año pasado, ha demostrado que no es necesario ser presidente del Senado para tener las correas del poder en el Congreso. La acotada Junta de Coordinación Política le ha bastado para eso.
La aprobación de la renuncia del ministro Medina Mora debe darse por mayoría simple ya que se trata de uno acto diferente al del proceso nombramiento contemplado en el artículo 91, donde por cierto, los candidatos o candidatas comparecen. No obstante, el entendimiento sobre las causas y motivaciones de la renuncia deben ser claras. Una comparecencia de Medina Mora en Comisiones en el Senado, esclarecería los señalamientos a su alrededor y disiparían dudas. De lo contrario, las presiones del Ejecutivo hacia Medina Mora sobre las investigaciones en su contra y sus hermanos publicadas ayer por Carlos Loret de Mola en El Universal, serán de momento, la información disponible.
La renuncia solo tiene sentido si hay una rendición de cuentas real, tanto por la naturaleza de la misma, como por posibles procesos posteriores. Medina Mora renuncia para evitar la cárcel. El gobierno debe demostrar que este caso no fue solamente una ficha de intercambio de impunidad.
Tiempo perdido: En diciembre de 1989, Ernesto Díaz Infante entonces ministro de la SCJN, presentó su “retiro voluntario” firmado por el entonces Secretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios. Díaz Infante era acusado de liberar al empresario Alejandro Braun Díaz acusado por violación y asesinato. Se hablaba de un soborno por 500, 000 dólares para presionar a dos magistrados de circuito.