Desde los Balcones
Todos estos fenómenos de descomposición política que se dan en los partidos políticos y que de ahí suben el Estado, no dejan de manifestarse cada vez, con más agudeza, tanto en los momentos de crisis, como cuando se producen contradiciones por los cambios y las coyunturas que a menudo se dan.
Madero, Carranza, Adolfo de la Huerta, Obregón y ya ni se diga don Plutarco Elías Calles, cada cual a su modo y en su momento enfrentaron estos desafíos.
El asesinato de Belisario Domínguez, en el interregno de Victoriano Huerta, marca uno de estos fenómenos, cuando la mayoría de los senadores de entonces le hicieron el vacío al gran Chiapaneco, al que luego se asesinaría; de otro modo, antes, se asesinó a don Gustavo Madero, hermano del Presidente Madero, por haber aprehendido por propia mano al Gral. Huerta, Jefe de las armas en la capital de la república y luego usurpador del poder, sin que nadie se le opusiera formalmente.
El cuadrilátero “brillante” de los diputados Huertistas, es una excelente muestra del cretinismo parlamentario de entonces, cuyos integrantes con discursos rumbosos creyeron detener el estallido violento que iba a echar del poder a Huerta y sus congéneres: Mondragón, Félix Díaz y el resto de la oficialidad federal que más tarde los acompañaría el retiro y al exilio, después y antes de los tratados de Teoloyucan.
Obregón y Calles enfrentan otra clase de oportunismo, el militar, el de los generales que se veían y se sentían relegados del poder político; tal aconteció con Francisco Serrano y Arnulfo R Gómez, opositores del primero como candidatos, luego vendrían el movimiento Escobarista, que encabeza José Gonzalo Escobar, jefe de operaciones en La Laguna, que provocara uno de los últimos alineamientos militares, después de la lucha cristera.
El general Lázaro Cárdenas del Río, se ve obligado a dar de baja a varios generales, entre ellos a Joaquín Amaro, a Claudio Fox, autor de la masacre de Huitzilac y a varios diputados y gobernadores de los Estados de la república, Matías Ramos Santos, gobernador de Zacateca, que es substituido por el general Félix Bañuelos, hombre cercano a Natera y a Saturnino Cedillo.
Almazán le disputa el poder al general Manuel Avila Camacho, en elecciones que pierde a las puertas de la segunda guerra mundial; otro tanto acontece entre Adolfo Ruiz Cortines, y el general Miguel Henríquez Guzmán, al término del interregno en el poder de Miguel Alemán Valdez y la reorganización económico política de la postguerra.
Después de estas grandes convulsiones oportunistas, militares cívicas, sobrevienen diversos reacomodos entre las nuevas fuerzas productivas y los agrupamientos políticos postrevolucionarios, que oscilan de un extremo a otro. Hay un equilibrio de subordinación de los Tres Poderes de la Federación y el relevo de los gobiernos estatales, diputados y senadores, todos ellos atendiendo a la supremacía político administrativa del poder Ejecutivo Presidencial, sin que se creen falsas y artificiales autonomías, con que hoy la derecha de los privilegios y el dinero, fractura el Poder Constitucional que para su ejercicio se divide en Tres: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
¿Cuál es el problema de este momento? Que el viejo poder democrático burgués se gastó, se vino abajo, por el embargo y la entrega de las principales fuentes de producción que había construido ese desarrollo democrático burgués y que, por lo mismo, ya sus instrumentos de dominación y gestión social no tienen el engranaje político con las clases en pugna: las del capital y los trabajadores; el crédito mundial volcado en masa sobre una nación empobrecida: los rentistas del dinero asociados subsidiariamente al primero y los segmentos de esta burguesía pretendiendo el poder directo sin más mediaciones legislativas y reclamando autonomías, marcando directrices de inversión pública a satisfacción de una cuota de ganancia que nunca podrá rivalizar con la del capital mundial.
Por eso combaten a Andrés Manuel López Obrador, por eso desestabilizan su gobierno, por eso insisten en programar el gasto federal, de manera que acreciente sus rendimientos clientelares, en el momento en que le economía mundial experimenta un ciclo de freno y recesión económica y el gobierno federal racionaliza el gasto y los contratos, las compras y efectúa recortes a la burocracia dorada, que deja un saldo de deuda pública de más de 300 mil millones de dólares. TODOS ELLOS ESTAN TRAS LAS MOVILIZACIONES CLIENTLERAS DE CAMPESINOS, QUE SE MUEVEN COMO APÉNDICES BUROCRÁTICOS, ESTÁN TRAS LOS DINEROS DE LA DROGA, DEL ROBO DE COMBUSTIBLES, CREYENDO QUE SU UBICACIÓN POLÍTICA INTERNA PUEDE DETERMINAR LA CORRELACIÓN DE LAS FUERZAS ECONOMICAS MUNDIALES QUE CRUZAN POR EL MERCADO NACIONAL Y LA ESPECULACIÓN FINANCIERA.
El cretinismo parlamentario de unos cuantos, alentados de oportunismo político de la impaciencia y el arribismo, se dan al unísono de las frustraciones electorales de quienes derrumbaron el edificio de su propia sustentación política y, ahora, se dedican a sembrar las condiciones del desgaste político del nuevo poder popular que acaudilla el Presidente Andrés Manuel López Obrador, queriendo invalidar su triunfo constitucional como fuerza hegemónica recién surgida de la propia crisis interna de un poder corrupto y frívolo que toca a su fin y baila en el destierro voluntario. ESO ES TODO.