COLUMNA INVITADA
Lo que se busca y se espera con una declaratoria de Área Natural Protegida de Peña Colorada es en principio un beneficio común para todos los habitantes de la zona metropolitana de Querétaro, por los servicios ambientales que nos brinda como la captura de CO2, la infiltración de agua, la regulación climática y otras tantas más. Sin embargo, Peña Colorada alberga tierras que son propiedad del régimen ejidal, y por tanto, ellos los ejidatarios, también deben recibir un beneficio directo que les permita obtener dignamente ingresos para mantenerse sin tener que vender sus tierras a los desarrolladores inmobiliarios. Es justo reconocer que la condición ecológica que ha mantenido Peña Colorada en buena parte se debe a que los ejidatarios no la han depredado, por ello, cabe la compensación ambiental tal como lo estipula la Ley General del Equilibrio Ecológico para la Protección Ambiental. Así visto de esta manera, y tal como se dio a conocer por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que se buscará junto con el gobernador del estado, una solución a partir de estudios y sobre todo de consensos entre los actores.
De ahí que por una parte, los estudios partirán de lo que ya se tiene y bastará con actualizarlos, pero el reto mayor es formular una propuesta que sea avalada por todos y en ellos, van incluidos justamente los legítimos ejidatarios, para que una medida de protección ambiental, sea también una forma de aprovechamiento sustentable para sus dueños, que de alguna forma contribuirán a conservar este último relicto ecológico valioso, sobre todo en tiempos que urgen medidas para combatir el cambio climático.
El Decreto no debe oponerse a los beneficios que puedan recibir los ejidatarios y a la inversa, los intereses ejidales no deben ser un obstáculo para la declaratoria de protección ambiental.
Ahora estamos frente a la suma de voluntades, tanto federal como estatal, y apostamos a que se encontraran vías, mecanismos e instrumentos económicos-ambientales para hacer posible una demanda histórica ciudadana de conservar para el presente y las siguientes generaciones un espacio natural estratégico y clave para la zona metropolitana de Querétaro.
No está de más decir que el sector ambientalista apoyará los esfuerzos de ambos gobiernos a fin de lograr la Declaratoria, es tiempo de escucharnos, de sumar voluntades y de propiciar el beneficio común ambiental.